Octavo día

49 7 2
                                    

Después de esa charla con Cal y quedarnos algunas horas viendo televisión, ella callo dormida en mi hombro, pero de repente una presencia mágica se hizo paso delante mí, saque mi báculo, pero todo sin despertar a Calixto, no quería alarmarla, menos despertar la.

—¡¿Killian?!, ¡Que mierda pasa contigo!, ¡Casi me matas del susto! —

Todo aquello se lo grité susurrando, sentí como Cal se acomodó más alarmándonos a ambos pensando que se había despertado, al final solo se acurruco un poco más en mi pecho. Suspiramos de alivio, aunque Garfio parecía más que nada molesto por el hecho de que se acurrucara más.

—Casperan ... esto te lo diré una sola ves—

El pirata se empezó a acercar de manera peligrosa, tomo la mejilla de cal acariciándola de manera amorosa, ¿Este quien se cree para tocarle de esa manera tan confianzuda? Finalmente la soltó y me encaro haciendo que nuestras miradas chocaran de manera matadora, y al parecer ambos sentíamos celos por las acciones del otro.

—Sé que estás enamorado de la misma bruja que yo ... así que te propongo una apuesta, el primero al que ella logre decirle te amo será el ganador, el otro tendrá que desaparecer para siempre, ¿Qué te parece? —

Sin pensarlo sonreí de medio lado, ja, este pirata se cree muy bueno y muy genial, yo seré el ganador de esta batalla, ya verás pirata, yo seré quien llegue primero a su corazón, sé que siempre he tenido un lugar ahí, solo es hora de ampliarlo.

—Acepto pirata—

—Perfecto Mago de segunda, es una apuesta—

Las apuestas entre magos siempre se cierran con magia, así que ambos sacamos un hechizo de contrato quedando tal como dijimos, así que el que haga trampa será castigado, estos contratos se rigen a través de las antiguas reglas.

—Ahora tendrás que cuidar tu espalda Casperan, no olvides que los piratas siempre tenemos asees bajo la manga—

Se fue tal y como llego, sin embargo, esta vez con una sonrisa burlona en su rostro, como detesto a los tipos de su calaña, pero ahora solo me enfocare en por fin poder enamorar de manera correcta a Cal, sentí como volvió a retorcerse en mis brazos, esta vez note que era por frio así que la cargue al estilo nupcial llevándola a su habitación para arroparla para que duerma cómoda y caliente.

—Douxie, sabes que, si sigues con esto, no habrá vuelta atrás, según las reglas todavía puedes retirarte de la apuesta y no arriesgar a jamás volverla a ver—

—Archie, esta vez hare las cosas bien, y no me dejare vencer por un tipo como el, sé que yo poder hacerlo, confía en mi—

Archie no muy convencido fue a nuestra habitación, yo me cambie y me fui a dormir, a la mañana siguiente la marca del trato estaba donde mi brazalete mágico, así que está perfecto para esconderlo de Calixto, me lo coloque nuevamente y salí a prepararnos el desayuno ya que, conociéndola, siempre los domingos duerme hasta tarde, además, no tengo que irme a trabajar hoy.

Para cuando me di cuenta Cal ya había despertado y me abrazo para luego irse a sentar, y bostezar, se veía adorable con el cabello alborotado de aquella manera, deje de verla para finalmente terminar el desayuno y servírselo.

—No me voy a intoxicar, ¿verdad? —

Ella rio por su propia broma, lo cual a mí solo me dio un poco de pena ya que lo de la cocina a 900 años no se me daba, pero ahora con el trabajo en el restaurante tuve que aprender y ya no me sale tan mal. Cal llevo la cuchara hacia su boca y la probo, me encanto su reacción, parecía una niña pequeña, le había encantado, se sabía por el brillo en sus orbes azules.

Desde el primer hechizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora