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Al llegar a clases Nana no pudo contener su emoción, necesitaba contarle a Miru lo sucedido el día anterior con aquel chico ojiazul

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Al llegar a clases Nana no pudo contener su emoción, necesitaba contarle a Miru lo sucedido el día anterior con aquel chico ojiazul.

Al subir la escalera llegando al piso donde estaba su salón pudo dibisarla, mirando por la ventana del pasillo justo al frente de su salón, su perfil se veía realmente lindo con el cabello recogido.

—Miruuu~.—Canturreó cuando estuvo lo suficientemente cerca como para que la escuchase.

Casi sin querer se dirigieron una mirada de complicidad, podían hablar solo mirándose a los ojos y según Miru, los ojos de Nana decían, no, gritaban chisme.

Entraron rápidamente al salón de clases sin decir nada, una vez ambas se sentaron la castaña decidió hablar primero.

—¿Y bien?—Levantó una ceja completamente curiosa.

—¿Te acuerdas de el chico de ojos lindos?—Ahora levantó ambas cejas y asintió rápidamente con la cabeza, indicándole que prosiguiera.—Lo vi ayer.

—Si vas a contar un chisme lo vas a contar bien.—Se cruzó de brazos.

—Bueno, bueno, resulta que-...—Antes de que pudiera seguir hablando llegó el profesor, comenzando la clase.

Miru bufó derrotada y fue a sentarse a su lugar, ahora no podría concentrarse en la clase por pensar en el chisme.

Apenas inició el receso Miru sacó dos jugos en caja y agarró del brazo a su amiga, llevándola a rastras a la azotea para poder conversar -chismear- en paz.

Una vez llegaron se sentaron sobre unos escritorios viejos que estaban arrumbados, la castaña le lanzó una cajita de jugo y empezaron a beberlo.

—Bueno, este receso es corto así que...—Tomó aire preparándose para lo que iba a decir.—Lo vi, me atendió, reviso mi motocicleta e incluso se rio de mis bromas, me acompañó a casa, lo invité a cenar, cenamos juntos y me pidió el número.—Soltó todo casi en doble tempo, tomó un sorbo grande de jugo agotada de tanto hablar.

—Cálmate velocista, en primer lugar ¿Cómo que se rio de tus chistes rancios?—Se burló.—Y en segundo ¿Qué? ¿Cómo es eso de que cenaron juntos?—Cuestionó un tanto asombrada.

—Solo por burlarte de mi exquisito y refinado sentido del humor no te daré detalles.—Se cruzó de brazos indignada.

—¡No me puedes hacer esto!—Chilló.

—Sí que puedo, ahora vamos.—Se bajó del escritorio emprendiendo rumbo al salón.—No creo que quieras llegar tarde a literatura.—Se volteó a verla burlonamente.

—Lligir tirdi i litiritiri.—Rodó ojos y le sacó la lengua.—¡Nana espérame, bastarda!—Bajó rápidamente y corrió hacia su amiga que ya iba a la mitad de las escaleras.

—Como corres cuando se trata de Yamamoto-sensei.—Decidió molestarla un poco más.

—¡B-basta!—Intentó ocultar un sonrojo, tenía un crush de años con su profesor de literatura y odiaba que se lo mencionaran.—¡No tienes derecho a burlarte, fetichista de ojos!

𝘈𝘯𝘨𝘦𝘭 𝘌𝘺𝘦𝘴 - 𝘚𝘦𝘪𝘴𝘩𝘶 𝘐𝘯𝘶𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora