Silas

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Hoy te sentaste más cerca, pero no me has mirado, traiste una laptop y no has alzado la cabeza de ahí.

Me pregunto qué haces.

¿Sería imprudente pasar por tu lado y echar un vistazo?

No te molestas en usar trajes como todo el mundo en esta cafetería, creo que fue el motivo por el cual te ví en primer lugar.

Formar parte del montón me lleva a cuestionarme...

¿Te parezco igual que todo el resto? ¿Aburrido? 
¿Monótono? ¿Poco original? ¿Todas las anteriores?

Siempre usas ropa deportiva que se ciñe a tu figura como una segunda piel, es visible que vas al gimnasio. ¿Te burlarias de mis patas de pollo y mi capacidad nula para hacer dos sentadillas?

¿Me harías casos si quiera?

Aún hay dos mesas y mil miedos que me separan de ti. Pero el espacio es menor que el de antes, eso es un avance.

¿Soy muy tonto al fantasear con la idea de que me sonrías?

Deberías llevar un distintivo que sirviera de advertencia y dijera:

"ALERTA CHICO PELIGROSAMENTE LINDO A LAS DIEZ EN PUNTO, NO GIRAR PORQUE TE HARÁ TIRARTE EL CAFÉ ENCIMA POR ESTAR OBSERVÁNDOLO COMO PIZZA EN DOMINGO"

Acabo de tirarme el café. Encima.

Para mi suerte está frío, al igual que tus ganas de hablarme.

La lluvia de mayo | ✔Where stories live. Discover now