Capítulo No. 2

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[Un duo de extraños]

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Después de ese magnífico banquete, donde se le dio la bienvenida con aplausos sonoros y sonrisas cálidas, el ser, se prometió dejar su huella en aquellos jóvenes espíritus.

Las primeras interacciones, aunque torpes por su humilde habilidad social y la necesidad de dejarles en claro que no había favoritismos de ningún tipo, trajeron satisfacción a los alumnos y rápidamente creció en popularidad, una que pocas veces experimentó positivamente en su largo recorrido por el tiempo.

Su sabiduría, con decadas de añejo, se complementó bien con su manera de enseñar. Una sensación divertida de experimentar a través de otros ojos los viejos saberes, le fascinó. Ciertamente, esa fascinación se reflejó en su fragante y femenina figura, pues fue bien sabido que los de sexto y séptimo año, tuvieron un flechazo plánico. 

Una semana intensa a su parecer, donde incluso, un rubio de rizos sedosos, sintió envida al ser reemplazado por el generalmente, amable ser.

Esa tarde de viernes, el ser, deambuló por el ocaso de otoño en las afueras del castillo, siempre con sus guantes y paraguas de tela característico de una aristócrata.

— ¡PROFESORA BRIDGETTE! —el lejano zumbido de una voz áspera se escuchó; el semigigante guardabosques, identificó.

Sudoroso y agitado, trotó por la llanura del patio, más cerca de la figura femenina escondida bajo la sombra de los robles con un libro en mano. Hadrid, admiró el paisaje bajo el suave manto de la expectativa, el nervisismo atacó sus rodillas.

— Rubeus, ¿Me bendice con su compañía?

— Bueno, yo. Eh... Quería, ¡quiero! preguntarle si le gustaría tomar el té. -habló, hecho un manojo de nervios.

La oscura finura de su ceja delató lo divertidísimo que encontró su respuesta, no era algo que esperaba, sin embargo, mejor de lo que muchos alumnos intentaron en el trascurso de esa semana.

Se planteó declinar la propuesta, pero sus días nunca fueron más ajetreados y la mera idea de descansar, falló en favor al semigigante. 

— Lo lamento Rubeus, me temo que no consumo té, pero puedo acompañarte en el comedor, ¿Deseas cenar?

— ¡Sí, sí, eso es más que perfecto! ... Ahmn, entonces, ¿Me acompañaría, profesora?

— Por supuesto.

El ser y el guardabosques se encaminaron por las llanuras del castillo, el parloteo sin descanso del gran hombre apenas llamó su atención, ¿Las arañas se estaban comportando se manera extraña?
Asintió cuando se le dirigió algo retórico, su participación se mantuvo así, quieta, mientras prestaba oídos borrosos.

La vida parecía llegar al castillo, cuando la magia encendió las velas en una sutil danza de iluminación cálida y naranja.

Entrar no fue gran desafío, el que verdaderamente puso a prueba su agilidad fue el puñado de alumnos caminando por los pasillos sin una minúscula de preocupación por atropellar peatones; el bullicioso habla se interrumpió por la cosquilla de risa cuando globos de agua saltaron desde arriba.

Elegantes movimientos esquivaron dichos ataques pero, más allá del ser, los estudiantes y el guardabosques se empaparon de la broma. Un burlesco poltergeist gorgoteó su carcajada con entusiasmo, mientras los empapados maldecian en más de una encantadora grosería.

El ser, con serenidad, elevó su voz por encima del mundo y acorraló al juguetón fantasma.

— Me temo que tendré una breve charla con el Barón Sanguinario. —tarareó con burla. Esta vez, fue el turno de terror para el poltergeist, quien huyó del lugar provocando caos a algunos cuadros cercanos—. Qué desafortunado, —negó sin encontrar mayor chiste—, chicos, les aconsejo que vayan a limpiarse, la cena no tardará en servirse. Rubeus, ven conmigo.

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2023 ⏰

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Deirdre Bridgette ¦SEVERUS SNAPE FANFIC¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora