Su sonrisa... Mi desgracia

4

Taehyung estaba en su casa, echado en su cama mirando el techo, había terminado de hablar por teléfono con Jimin y ahora pensaba en el plan de Yoongi, se sentía raro, sentía que no podría hacerlo, pero al diablo se dijo. Una empleada llegó y tocó la puerta.

—¿Qué pasó? – preguntó Taehyung.

—Lo están buscando.

—¿Quién?

—Una chica llamada Jongyeon.

Taehyung elevó una ceja confundido.

—¿Dijo que quiere?

—Dijo que usted sabría.

—Bueno, hacela pasar y que me espere en el jardín.

La empleada se fue y Taehyung se puso zapatillas para bajar a atender a Jongyeon. Llegó al jardín y ahí estaba ella de espaldas, parecía que estaba estudiando todo el jardín con la mirada, Taehyung carraspeó su garganta y ella volteó moviendo así su cabellera larga, la cual obviamente era una peluca.

—¿Qué haces aquí? Que yo sepa no te llame.

—Vine a hablarte de lo que dijo Yoongi.

—¿Del plan? – sonrió – claro. Hablemos.

Ambos se sentaron en las reposeras.

—Te escucho – dijo Taehyung.

—No creo poder ayudarlos.

—¿Por? – frunció su ceño levemente – te conviene, te va a pagar muy bien.

—¿Crees que me importa su cochina plata?

—No entiendo, tu página de chismes es muy buena y lo mejor es que ganas re bien con tanto puterio que armas.

—Es distinto.

—¿Por qué?

—Se trata de Jimin – Taehyung soltó una risita burlista – es el chico que siempre quise y que quiero.

—Y el mismo que te rechazó toda la vida, no seas boluda y ayúdanos.

—No. Yo no voy a hacerle esto a Jimin – se levantó – decile a Yoongi que me retiro de esta mierda.

—Te vas a arrepentir.

—¿Vos lo harías? – preguntó curiosa – ¿Le harías eso a tu primo?

—Sí – su voz era tranquila – lo voy a hacer.

—¿Pero porque?

—Es tema mío.

—Vos estás mal, yo no voy a ayudarlos.

—Habla la nenita que tiene una página de chismes.

La chica se fue y Taehyung llamó a Yoongi.

[Llamada]

—¿Qué pasó?

—Jongyeon dijo que no.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste. Se retira.

—¿Pero que le pasa a la boluda esa?

—Está enamorada de mi primo.

—¿Y que mierda le vio? Perdón pero tu primo es feo.

—¿Vos decís?

—¿Te gusta tu primo?

—No dije eso.