Han pasado los meses desde que te dije adiós. Y lo patético es que sigo aquí, esperándote. Dices seguir conmigo, pero tú corazón lo siento lejos.
Sé que nada de esto es tu culpa. Se que me amas. Pero, también se que no me amar como yo lo hago.
No encuentro nunca las palabras para describir lo que siento por ti, pienso y pienso que podría describir lo que fluye por mi y solo se me viene a la mente: mi corazón está hinchado de ti, mi sangre, mi piel, mi mente, todos ellos respiras y viven por ti.
Y, cuando llego a ese punto, me doy cuenta que no es recíproco. Que me quieres, eso no lo niego, pero no me amas como yo lo hago.
Yo estaría dispuesta a morir por ti. Tu no. Yo te seguiría a donde sea, tu no. Yo cambiaría lo que soy con tal de que fueras felíz, tu no. Yo giro al rededor de ti como si fueras mi sol, tu no.
Pero, con todo y eso, te amo. Te amo.
Ha pasado el tiempo y esto sigue y sigue creciendo. Doliendo cada día más.