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Mientras la música seguía, aquel ruso tomo entre sus brazos a esa bella dama llevándola por la pista al ritmo del delicado vals; viéndose ambos a los ojos, sonriendo discretos y, sin darse completa cuenta, alejándose del escrutinio público hasta el jardín solitario del enorme y majestuoso palacio, que aún estando en plena noche, reluce como la plata misma gracias a la blanca luz de luna que los iluminaba a ellos, amantes, que mientras caminan llevan una plática amena; no paraban de mirarse mutuamente, como queriendo decirse las palabras bonitas que pensaban pero que al final nunca llegaron a expresar debido a cierto grado de vergüenza que les hacía sentir el hecho de que apenas se conocian. Fue como un sueño, uno que se hacía realidad muy extrañamente fácil, pero que al final y como un sueño de verdad, solo duró unos minutos antes de despertar regresando a ambos hacía la soledad. Pero tal vez esa era su perspectiva de doncella, una linda alucinación amorosa que se creo en su alma debido a que durante minutos enteros estuvo envuelta bajo la atención calida que el noble Rusia le otorgó. Seguramente el duque solo hablo con ella por cortesía, y aún que compartieron un par de bailes, no debería sentirse esperanzada pues el heredero a la corona bailaba con muchas personas más... O al menos eso creyó hasta que le llegó la noticia.

Por qué justo el día después de la gran fiesta, un comunicado llegó a cada rincón del imperio, el heredero buscaba a su duquesa con un método algo cuestionable pero que ella sintió como el único para encontrarla, pues aún que la historia que se decía era muy distinta a los hechos reales, se completaba de una manera casi poética dentro de la verdad que ella conocía. No pensó ser tan importante e inolvidable como para que un príncipe decidiera buscarla por todo un país entero solo para casarse, pero estaba ocurriendo y debía sentirse bendecida por eso. Pero ni siendo del visto bueno de todos los dioses pudo evitar que los obstáculos se le pusieran enfrente, ya que, tratándose de ella Finlandia la última hija de la familia nórdica, su destino ya estaba escrito como la última chica en casarse que solo lo haría cuando su obligación principal, la cuál era cuidar de sus padres hasta la muerte, terminará naturalmente. Se trataba de pura suerte haber sido llevada a la fiesta de aristocratas y se trató de un milagro que el mismo duque se fijara en ella. Cómo si se tratara de la fantasía más húmeda, ella vivió la velada de su vida y después los días más emocionantes de su existencia, estando a la espera de que de un momento a otro llegará su príncipe a pedirle matrimonio... Más, para su desgracia, solo llego Usa.

——¿Cómo que no le queda?—— pregunto Noruega, la primogénita, aquella que miraba como Australia le quitaban el delicado calzado a su hermana menor ——Es una estupidez, ella estuvo con el príncipe esa noche, pueden llevarla y él la va a reconocer, cometes un error por que el zapato le entra casi perfectamente

——Exacto... ——el americano tacho el nombre de la casa nórdica pues la zapatilla ya había sido calzada en las únicas dos jóvenes del hogar ——"Casi" perfectamente, el duque Rusia exigió perfección, pero si tienen algún problemas con mis parámetros, pueden ir al castillo ustedes mismas y... ——la voz de Estados Unidos se detuvo cuando noto a Finlandia sentada en la silla en mitad de la sala, con los ojos completamente cristalizados y faltos de brillo esperanzador típico de los jóvenes

——No soy una mentirosa ——musito con la voz entrecortada ——Yo estuve con el esa noche, ¿Por qué no vino a buscarme? Si le dije mi nombre...

Suspiro la menor a punto del llanto, a lo que Usa sintió un nudo en la garganta, la finlandesa no parecía como las otras chicas que había calzado, ella no gritaba llena de furia al haber recibido la negativa, ni tampoco hacían berrinche exigiendo a sus padres que le dieran un soborno al norteamericano, para que este fingiera que si les quedó la zapatilla. Nada de eso, la nórdica de blanco y azul, simplemente lloro en silencio, con el corazón roto por qué el mismo Rusia no había ido a buscarla personalmente. Los hermanos anglosajones se miraron un momento, mientras la noruega abrazaba por los hombros a la desconsolada finlandesa que lloraba de la manera más genuina existente haciendo dudar a cualquiera.

Esto Es Amor /Pausada/ Countryhumans [Rusmex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora