Capítulo 13

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Entre Odios y Amores

Por Marce-chan

Capítulo 13


­A pesar de lo mucho que había esperado y anhelado ese beso, Sougo tenía muy claro que era la primera vez de Kagura, así que procuró no intensificarlo ni prolongarlo demasiado, a pesar de eso ambos estaban sonrojados y jadeando cuando se separaron.

-¿Estuvo bien?-murmuró Sougo sin mirarla.

-Te estás conteniendo ¿Verdad?-sonrió Kagura.

Sougo resopló con irritación, no le gustaba ser obvio.

-¿Esperabas más?-preguntó.

-Ya habrá tiempo para eso-respondió Kagura-Eso hacen los novios ¿No? Eso somos ¿No?

Sougo no pudo evitar sonreír y mirarla, era obvio que le avergonzaba preguntarlo, era un intento bastante inocente y dulce de "formalizar" la relación.

-Hablando de eso...-murmuró Sougo buscando en su bolsillo.

Kagura se sobresaltó cuando vio lo que sacaba, eran las esposas que los habían mantenido atados desde el ataque en Edo, pero ya no tenían cadenas, eran sólo los grilletes, sin embargo, ya no parecían grilletes, estaban pulidos y brillantes, podían pasar perfectamente por unas pulseras comunes.

-¿Cómo hiciste que se vieran tan bonitas?-preguntó Kagura.

-Yo...-titubeó Sougo avergonzado-Le pedí a Mutsu-san que las restaurara... Sé que fue una gran molestia estar encadenados al principio, pero con el tiempo empezó a ganar un significado diferente. Estas esposas me obligaron a enfrentar mis sentimientos, me forzaron a ser sincero conmigo mismo por primera vez, no sé en qué momento empecé a atesorarlas, no quería que se perdieran, me siento vacío cuando no las uso...

-También yo-sonrió Kagura conmovida-Me hace falta estar unida a ti, Sou-kun. Qué raro ¿Verdad?

Sougo asintiendo sonriendo en respuesta. Kagura examinó las pulseras, se percató que estaban grabadas, una decía "Gura" y la otra decía "Sou", alzó la mirada hacia Sougo, le sorprendía que alguien como él fuera capaz de gestos tan románticos.

-Realmente lo pensaste...-murmuró ella.

-Para que no creas que quiero huir-sonrió Sougo con elocuencia.

Kagura sonrió abiertamente, tomó la pulsera con su nombre y la cerró alrededor de la muñeca izquierda de Sougo, que ladeó la cabeza.

-Era al contrario-murmuró.

Kagura negó con la cabeza.

-De esta manera estaré siempre contigo-sonrió entregándole la otra pulsera a la vez que le estiraba la muñeca derecha.

Sougo sonrió y se la colocó.

-¿Esto responde a tu pregunta?

Kagura asintió riendo entre dientes. Sougo le tomó la mano y la alzó a la altura de los ojos, las esposas brillaban en sus muñecas.

-No tienen llave.

-Parece una propuesta-rio Kagura-Atados para siempre.

-Ya no hay escapatoria-sonrió Sougo.

Justo entonces, en la colina, la nave se encendió y comenzó a elevarse, Sougo y Kagura se incorporaron de un salto.

-¿No se suponía que regresaríamos a Edo en esa nave?-murmuró Sougo.

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