Era una hermosa mañana, el cielo estaba despejado y Hoseok estaba más que listo para ir al pueblo a la biblioteca, tomo una canasta y el libro que había pedido prestado y salió rumbo al pueblo.
De mientras llegaba, jugueteaba con la canasta e iba tarareando una hermosa canción.
La luz del sol hacia brillar su hermosa cabellera roja, haciéndolo lucir tierno e inocente, algo fuera de este mundo, su piel parecía de porcelana, haciéndolo ver frágil .
Pero quien diría que es un fuerte muchacho de buen corazón.
El bullicio del pueblo se escuchaba, el delicioso olor a pan hizo acelerar su paso, pues para Hoseok comenzar con un buen día es saludando al panadero.
– Buenos días señor – saludo Hoseok.
– Buenos días Hoseok –contesto el panadero – ¿A dónde vas tan temprano?
– A la librería, acabo de leer un libro maravilloso de una guerrera y un dragón – contesto emocionado.
– Así, que bueno... ¿¡Soo donde está el pan!? – Hoseok se encogió de hombros, ya que el panadero lo ignoro por completo y sin importancia se retiro de la bonita panadería.
El pelirrojo caminaba con elegancia y tranquilidad mientras iba pensando sobre lo asombroso que fue el leer ese libro, la guerrea fue valiente por salvar a su nación de fuertes y horribles vándalos, hasta que escucho a dos señoras cuchichear.
– Oh dios mío es él? – susurro.
– Si, es él chico extraño.
– Su cabello lo hace ver más extraño de lo que es.
El pelirrojo solo rodo los ojos y suspiro, desde que llego a ese pueblo, todos pensaban que era un chico extraño, ya que su belleza y su amor por los libros desconcertaba al pueblo. Y sin pensarlo ya estaba frente a la pequeña biblioteca rustica.
– Hola Hoseok
– Buenos días namjoon, aquí tiene – le entrega un libro de pasta gruesa color rojo – este es el libro que me presto
– ¿Ya lo terminaste? – pregunto sorprendido
– No podía apartarlo de mí, era tan emocionante, una historia maravillosa. ¿Tendrá algún libro nuevo? – pregunto mientras pasaba entre los estantes y veía los títulos de los libros.
– no, aun no.
– Bueno, no importa... me llevare – dijo mientras veía el enorme estante con esos libros con fantásticas historias, hasta que uno le llamo la atención, emocionado agarra el libro y mira al mayor – ¡Este! – dijo contento, entregándole un libro de pasta gruesa color verde.
– ¿Este Hoseok? Pero si ya lo leíste 5 veces
– ¡Claro! Es mi libro favorito, fue el primer libro que leí de aquí.
– Bueno, si ese es el caso, quiero que lo tengas.
– ¡Enserio! – emocionado pego el libro a su pecho y dio saltitos de emoción – muchas gracias.
La radiante sonrisa de Hoseok, hizo sentir cálido al moreno contagiándole una sonrisa con hoyuelos.
Emocionado salió de la pequeña biblioteca, no sin antes despedirse del amable bibliotecario.
La hermosa sonrisa que tenía hacía que los hombres del lugar lo voltearan a ver embobados. Apresuro su paso para sentarse en el viejo roble en el centro del pueblo, pues es el mejor lugar para leer un libro.
Las ovejas se acercaban a Hoseok, pues este les contaba sobre su libro favorito y estas al no entenderle del todo quedaban asombradas con la belleza de aquel muchacho.
– Este libro es mi favorito, pues él encuentra amor al fin – suspiro cautivado – él otro es un admirador secreto, cuando él lo descubre hasta el final.
Después de leer su apreciado libro en la sombra del viejo roble, mira el cielo y ve que es mediodía. Es hora de ir a casa.
Los pueblerinos lo saludan pues siempre destaca por su cabellera roja y esa bonita sonrisa en forma de corazón, sin olvidar lo buen educado que era.
– ¿Ya lo viste? – susurro una señora
– Si, de seguro todo de él es totalmente bello – susurro
– Concuerdo – afirmo dándole una palmada en el hombro.
Ambas señoras miraban sin vergüenza alguna a Hoseok, sintiéndose intimidadas por ese bello ser.
El pelirrojo caminaba por la calle principal, donde las tiendas de vestidos y joyas estaban repletas de doncellas.
Las doncellas del pueblo estaban celosas de la belleza despampanante de Hoseok, pues este había llamado la atención de Jackson, él mejor cazador del pueblo.
El cual era un egocentrista y narcisista, amaba sin dudar lo bien que podía cazar a las horribles bestias del bosque. Igual sin duda alguna, los hombres suspiraban y se desmayaban al ver sonreír al pelirrojo.
Las esposas enojadas criticaban lo cual diferente era de los demás muchachos, pues el pelirrojo prefería estar cuidando a sus animales y leyendo un libro que estar en casería y estar bebiendo en una taberna de mala muerte.
Balazos se escuchaban en el cielo, pues es Jackson avisándoles al pueblo de su llegada.
2 patos cayeron del cielo, pues las balas que fueron disparadas por el pelinegro mataron a las inocentes aves.
– ¡No fallaste en ninguna Jackson! – dijo junghyung orgulloso, mientras recogía los patos del sucio suelo – eres el mejor cazador que tenemos.
– Lo sé – con grandeza, siguió su camino, mientras soplaba el diminuto humo que había hecho su rifle.
– Ninguna bestia se te escapa – río – tampoco ninguna doncella – lo codeó con coquetería.
– Es cierto junghyung y tengo los ojos en el – señalo al pelirrojo que estaba comprando unas manzanas a 7 puestos lejos de ellos.
– ¿El hijo del inventor? – el de menor estatura pregunto dudoso.
– Justamente junghyung, él tendrá la suerte de casarse conmigo, él, incluso es más hermoso que una doncella.
– Lo sé, pero... - fue interrumpido por el pelinegro.
– Él es el mejor – dijo orgulloso – ¡¿Acaso no merezco lo mejor?! – tomo del cuello al castaño y se acercó amenazante al pequeño rostro de este.
– C...claro que si Jackson – nervioso lo miro a los ojos – Pero... ¿Cómo vas a enamorarlo?
– Soy un experto en el amor junghyung ¿No me crees capaz de hacerlo? – dijo mientras veía al pelirrojo acercarse.
– Claro que puedes...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Alguna falla ortográfica será editado después de haber terminado la historia.
