Capítulo 2

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Yeonjun tenía apenas dos años, y ya lo estaba preparando para conocer a sus abuelos, hacía exactamente ese tiempo en el que no pisaba la casa de sus padres, lo cual, lo ponía triste y a la vez, enojado.

¿Quién no se enojaría por eso? Además, eso significaba ver a Taehyung y Yoongi —si es que estaban ahí—, aún no estaba listo para perdonar, y no el engaño, sino, las mentiras que ambos le echaron, la traición como tal era lo que seguía martillando su mente cada vez que pensaba en ellos.

Peinaba a Yeonjun con aquel cepillo de cerdas suaves, sonrió mínimo cuando observó que su cachorro ya estaba listo.

—Ya estás listo cariño —dijo Jungkook.

El pequeño sonrió mostrando sus dientitos, Jungkook hizo una mueca. Esa sonrisa, era tan parecida a la de él.

Deseaba —todas las noches y con todas sus fuerzas— que Yeonjun fuera realmente hijo de Jimin. Todo hubiera sido tan sencillo, pero se daba cuenta demasiado tarde.

Si Jimin sintiera lo mismo que él, claro.

—Uh… —Yeonjun no formaba muchas palabras.

—¿Qué sucede? ¿Quieres ir al baño? —Yeonjun negó— ¿Quieres comer? —el cachorro volvió a negar— ¿Qué sucede?

—Pa vioso… —dijo el cachorro en su media lengua.

—No estoy nervioso —Jungkook rió, precisamente con nerviosismo—. Estoy bien.

Y es que realmente no estaba bien, a parte de todo ese enojo, sentía miedo, toparse de frente con sus padres no era algo que deseaba, no quería saber que era lo que pensaban de él, pero hacer que su pequeño Yeonjun creciera sin sus abuelos, tampoco era una mala persona.

—Espero que sea así —La voz del alfa interrumpió sus pensamientos—. Aún estamos a tiempo para no ir.

—Nuestro pequeño merece a sus otros abuelos —Jungkook acarició las mejillas del cachorro.

—Por cierto, mis padres esperan ver pronto a Yeonjunie —dijo Jimin.

Jungkook rió feliz, se sentía muy bien que los padres de su mejor amigo quisieran al cachorro como su nieto.

—Pronto iremos, ya los extrañamos.

Ahora solamente debían ir a casa de los padres de Jungkook, tenía que ir con la mente clara de saber que iba a decir y abierto ante cualquier posibilidad.

—✨—


Estaban frente a la casa de sus padres, dentro del auto Jungkook movía sus manos y las entrelazaba entre sí tratando de calmarlas, no fue hasta que sintió la mano de Jimin tomar la suya que pudo tranquilizarse un poco más. Con éste alfa sentía que podía en esos momentos, le daba la valentía que le hacía falta.

—Gracias por esto.

—No tienes porque agradecer Kookie, estoy aquí para ti.

—Si preguntan… —Jungkook fue interrumpido por Jimin.

—Tendremos que decir la verdad.

Los tres salieron del coche, la puerta de madera se alzaba frente a ellos, Jimin tocó y esperaron a que les abrieran. Del otro lado, una mujer beta no tan grande, con cabello castaño y ojos expresivos, estaba sorprendida, comenzó a derramar lágrimas de alegría al ver a su hijo después de dos años, pero se sorprendió al divisar a un pequeño cachorro en medio de ellos dos.

—¿Podemos pasar mamá? —Preguntó el omega.

La beta asintió, dejó pasar a Jungkook, a Jimin y al pequeño. Cuando ellos entraron, Jeon Yeobin abrazó con fuerza a su hijo, él correspondió el gesto con mucho gusto.

𝑳𝒐 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆 | 𝑱𝒊𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora