Capítulo 3

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《Jungkook, con sus apenas cuatro de seis meses de embarazo*, estaba en el cuarto que ya había sido destinado a él gracias a Jimin, —el cual, cabe decir, antes pertenecía a Jimin—, por toda la habitación había ropa tirada, el aroma que desprendían las prendas, no eran de nadie, más que de Jimin.

Jungkook sentía que necesitaba ese aroma para sentirse bien, además de que se sentía seguro. Acomodó un poco más de ropa a su lado, utilizó algunas otras prendas para envolverse.

No había ropa de Jimin que no estuviera en el suelo. Jungkook había construido su nido para poder pasar su embarazo.

Jimin iba llegando a la casa, sentía algo de estrés, tenía tres exámenes al día siguiente, además de que en un par de horas iba a ir a trabajar. A petición del alfa, Jungkook se había salido de su empleo cuando cumplió tres meses, aunque el omega no quería hacerlo, porque quería ayudar con los gastos de la comida.

El departamento en donde vivía Jimin era cubierto en gastos por parte de sus padres, la única condición era que el alfa trabajara para mantener sus estudios y el alimento. Tampoco sabían que Jungkook vivía con él.

Se quitó la mochila y la dejó en una silla, pasó la mano por su cabello todavía teñido de rosa, el tinte se estaba cayendo, ya debía de darle un retoque. Estiró sus brazos hacia arriba, tronando sus huesos.

—¡Nene, ya llegué! —Avisó Jimin, pero no recibió respuesta.

Al inicio, cuando abrió la puerta, se le hizo curioso que Jungkook no haya ido a recibirlo, o que el chico no estuviera en la cocina intentando hacer una receta sacada de internet.

Se encaminó a su habitación, cuando abrió la puerta, se encontro con toda su ropa en el piso, formando un círculo alrededor de la cama, y a Jungkook envuelto en otro montón de ropa, Jimin sólo pudo observar como el omega sacaba su cabeza de esa pila de prendas, veía sus mejillas rellenitas y unos hoyuelos en una hermosa sonrisa.

—Hola —saludó el alfa nuevamente.

Con tan sólo ver eso, sintió que gran parte de la pesadez de sus hombros se había caído como por arte de magia.

—No te escuché llegar —mencionó Jungkook en voz baja.

—Hiciste un nido con mi ropa —Jimin intentó aguantar la risa.

—¿Estás enojado?

—No nene, está bien. —El alfa carraspeó levemente su garganta— ¿Puedo pasar?

Jungkook asintió con ganas.

Jimin se adentró al cuarto, buscando ropa libre para poder cambiarse, pero cuando fue a su ropero, no había nada.

Soltó una pequeña risa.

—Creo que me iré así.

—¿Tienes que ir a trabajar hoy? —Preguntó Jungkook.

—Sí, si no voy me descontarán el día.

Jimin se recargó en la pared de la habitación, ver al omega así le daba muchas fuerzas para continuar el día.

—¿Cómo te fue en la escuela?

𝑳𝒐 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆 | 𝑱𝒊𝒌𝒐𝒐𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora