Cap 0.3

1.9K 121 6
                                    

Pov. Meliodas...........................

Miedo......
Terror........
Espanto........

Eso era lo que causaba ahora Zeldris.

Atacaba sin piedad a otros seres, sin importar qué.

Los atacaba como si fueran presas, y los torturaba como si estuviera jugando con su comida.

Me encanta.... lo amo...... lo amo mucho.....
Amo a este Zeldris que hice.
No me arrepiento de nada.

Mi sonrisa era notable.
No sólo yo causaba miedo y terror, ahora a mi lado había alguien que también lo causaba.

Ahora somos los más temidos de todas las razas.

Justo ahora me encontraba en el castillo con Zeldris, caminaba en el gran pasillo mientras que mi hermanito saltaba de un lugar a otro destrozando un trozo de tela o algo en su camino.

Es tan lindo cuando hace eso.

Él asustaba a algunos sirvientes, dejando caer sus cosas o dándoles un gran susto.

Sirviente: Sir Meliodas, ¿podría porfavor controlar a su hermano menor porfavor?
Meliodas: Le recuerdo que Zeldris es un príncipe también, él puede hacer lo que quiera.
Sirviente: *bufa* Aunque sea enseñele modales y cómo comportarse.

Zeldris gruñó por eso y atacó al sirviente, oía gritos de ayuda y de súplica mientras sólo seguía con mi camino.

Caminé hasta llegar al trono de mi Padre, El Rey Demonio, con él ahí.

Me arrodillé por respeto a mi Padre, demostrando ser obediente a él.

Rey Demonio: Hijo mío, supe lo que le hiciste a Zeldris, has liberado su lado salvaje y natural de demonio.
Meliodas: Así es Padre, sólo hice lo que tenía que hacer.
Rey Demonio: Te pasaste un poco con tu hermano, pero te dejaré pasar por esta vez.

En eso, viene Zeldris, con una mano arrancada del sirviente en su boca, arrodillandose ante la presencia de nuestro Padre.

Rey Demonio: Veo que le has enseñado modales al chico.
Buen trabajo Meliodas.
Meliodas: Gracias Padre.
Rey Demonio: Bien, pueden retirarse.

Asentí con la cabeza y me fui con Zeldris de ahí.

Ambos nos fuimos a mi habitación, puse llave y me recosté en mi cama algo cansado.

Podía sentir cómo Zeldris se acomodaba en mi pecho, recostando su cabeza ahí y dando un lindo y adorable bostezo.

Sonreí ante eso y acaricié a Zeldris.

Meliodas: Eres muy lindo, ¿sabes? Algo callado, pero tarde o temprano hablarás.
Por ahora, mejor descansemos.

Ambos nos quedamos profundamente dormidos en la cama, durmiendo muy bien y sin problema.

Esa noche fue una de las mejores que he tenido, junto a mi amado hermanito.

I Feel like a Monster. NNT Meliodas demon x ZeldrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora