Capítulo 7 No Es Un Adiós. ¿Es Un Hasta Pronto?

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Lucifer me ofreció su mano de nuevo, pero solo me quedo en mi lugar sin hacer nada, él lo nota.

- Tranquila Karely, no te haré nada, solamente tenemos que salir de aquí... - parecía pensar que más decir - confía en mí.

De alguna u otra forma me sentía un poco segura y no sé si sea por qué es el diablo en persona, sin embargo, se supone que me debería de dar miedo y no es así, es un hombre que parece humano, que es normal, pero en el fondo de sus ojos hay un fuego.

Tomo su mano con un poco de temor, y él al parecer lo nota, aprieta mi mano suavemente y toma su bastón con la mano derecha.

- Agárrate fuerte - aprieto un poco su mano, antes de empezar el viaje.

Él empieza a caminar obviamente lo sigo, pero al parecer pasamos de un lado al otro ya no estamos en el mismo lugar de hace rato estamos caminando por una carretera él para de nuevo y yo también.

- ¿Sientes mareos? - me pregunta.

- No. Solo que ¿Cómo hizo eso? - Él parece sorprendido con mi respuesta, pero cambia su semblante cuando le hago la pregunta.

- Con esto. - me dice señalando su bastón.

- ¿Magia oscura? - digo sin pensar.

Él solamente se limitó a reír - Mmmm. Digamos que ¿Si? - él solamente sonríe, y yo solo me mantengo sería - bien vamos faltan dos vueltas más. - me vuelve a extender su mano y la tomo con un poco más de confianza.

Damos seis pasos más y ahora estamos frente a una puerta.

- ¿Dónde estamos? - digo insegura

- Es un edificio, estoy aquí por asuntos y por ti, digamos. - dice abriendo la puerta - pasa, no te preocupes no hay nada de que temer.

Camino y al entrar al departamento notó que no es pequeño en el pasillo él deja sus zapatos y las llaves y yo solo observó cada cosa que hace.

- Adelante, no tengas miedo - para ser el diablo sí que es algo ¿Bueno?

- Gracias - digo, porque es la verdad de alguna u otra forma me está ayudando.

Camino hacia la sala donde hay muebles de piel color negro, en medio se encuentra una mesita de cristal y arriba de esta se encuentra un cenicero con un par de cajetillas de cigarros.

El departamento está pintado de blanco y café oscuro, hay cuadros por todas partes, en la cocina se encuentra lo típico un refrigerador, una isla, una estufa eléctrica y un fregadero.

Decido no ver más pues en realidad no me interesa.

- ¿Me permite su baño? - hablo

- Si, claro - me señala con su mano hacia un lugar - está al fondo a la derecha.

Camino cruzando la cocina, pero antes de entrar, lucifer me habla.

- Karely - dice acercándose a dónde yo -En... -checa su reloj -veinte minutos o menos tu contrato se hace válido, así que si ves todavía tus marcas aún, no te preocupes se quitarán en unos minutos.

- ¿Ok? - soy sincera no me acordaba del dolor que tengo en mi cuerpo, solamente pienso en ver por última vez a mis padres...

Entro al baño que es, la misma medida que el de mi cuarto creo, tiene una tina de granito color negra, un inodoro completo de color blanco, una regadera y un lavamanos; si tuviera que resumir este baño es de color blanco con negro.

Me volteo y veo del otro lado de la puerta está un espejo largo y colgado.

Checo mi figura, quitó mi abrigo y la camisa Rota.

•Contrato Sangríento•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora