Capítulo 8

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MARINETTE DUPAIN CHENG 

Casi todas las palabras que salieron de mi boca hace un momento son ciertas. Es cierto que Nathaniel se comporta muy bien conmigo, con Luis, mi madre lo adora. Yo lo quiero. 

Sin embargo, no quiero el  divorcio para poder formalizar una relación con Nathaniel. Solo quiero que él firme esos documentos, para sentirme bien conmigo misma y para saber que he dejado que Adrien Agreste tome sus propias decisiones y para darle tiempo para arreglar todo. Amo a mi esposo, es un idiota, pero es el idiota al que mi corazón ama y con cuando se trata de eso nadie, ni siquiera Nathaniel puede pelear, por más que lo intente. 

No soy vengativa, pero el rostro de Adrien, ahora mismo es la viva descripción de lo que yo sentí cuando me enteré del embarazo de Lila, y al mismo tiempo de la llegada de mi propio embarazo. Aun así el dolor que siente ahora mismo no se compara a lo que yo sentí ese día. Y a lo que siento las veces que llama a Luis y pide hablar conmigo. Sin embargo por el momento es lo único que puedo hacerlo para mantenerlo un poco alejado de mí. 

Ahora que sabe del embarazo, querrá de todas las maneras posibles estar conmigo, no obstante eso no quiere decir que yo también quiera. Prefiero pasar un embarazo tranquilo. No como el que experimente con Luis. 

Es el padre del bebé, sí, lo sé, por supuesto, pero no puedo dejar que su cercanía afecte mi razón, porque aunque quiera o no, eso es lo que hace, ese es bendito efecto que tiene él sobre mí. 

No busco lastimarlo, no busco que le duela lo que le dije acerca de Nathaniel. Busco que sea consciente de que las mejores personas, son difíciles de mantener a su lado y que abra los ojos, que vea que no es mi única manera de seguir adelante. 

Me mira suplicante y por más que una parte de mí quiera quedarse, quiera ignorar todo y no causar una brecha en nuestra familia, si hago eso estará mal. 

—Marinette... —susurra, con miedo, razón por la cual sigue aferrándose a mí con fuerza. 

—Deberías soltarme, Adrien. —no es una orden, es un pedido. 

—Antes de que te vayas, quiero que me escuches... —mira a Nathaniel—, pero sin que él este en algún de nuestro hogar, escuchándonos. Quiero que hablemos los dos, solos. Como esposa y esposo. Por favor. —estoy por contestarle, cuando mi acompañante lo hace por mi. 

— ¿Esposa y esposo...? Me temo señor Agreste, que ese termino le queda muy grande al lado de Marinette, estoy seguro sin siquiera haber escuchado una sola palabra mala de ella hacia usted, que fue mejor esposa, que usted de marido. —Adrien lo mira y creo estar segura de que esto le recuerda a algo sucedido hace más de dos años. 

— ¿Por qué sigue dentro de nuestra casa...? ¡Largo! —Nathaniel me mira y yo a él. Asiento cerrando los ojos con fuerza. 

—Bien, te esperaré, ¿Le aviso a Alya que nos quedaremos en el hotel por esta noche...? —repito el gesto de hace un momento y él se retira, sin decir más. 

— ¿Te quedarás en un hotel junto a él? ¿En verdad...? —lo interrumpo. 

— ¿Es lo que querías decirme? ¿Lo único que quieres en interrogarme...? Porque tengo otras cosas que hacer. Tu padre y tu madre quieren que hablemos de las condiciones del contrato y de nuestro divorcio. 

— ¿Aun te interesa el contrato...? —asiento, él sonríe sin ganas. 

—Mi madre no esta recuperada del todo y lo que esta sucediendo ahora mismo le afecta. Además de veces en cuando mis reacciones, sobre todo con respecto al embarazo. —respiro profundo, volviendo a mirarlo—, quizás si cuando te pedí que termináramos con ese contrato, cuando te dije que no era más necesario, me hubieras prestado atención, ahora no te dolería que me interese todavía. 

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2022 ⏰

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