𝓗𝓪𝔂𝓵𝓸𝓯𝓽 [𝐒𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞]

𝓗𝓪𝔂𝓵𝓸𝓯𝓽

Advertencias:

Smut cochino, kinks, palabras groseras y puede que se le llegue a faltar el respeto a una religión, tómense lo con calma, es un fanfic.

Travis Top y Sal Bottom

Agradezcanle a LaughingDollyPop por la portada.
Le debia desde hace quien sabe este escrito, te amo y espero lo disfrutes <3

La luna resplandecía en el oscuro manto nocturno. Y entre ese pueblo había una casa, a lado de una iglesia.

La Iglesia Phelps.

Aquel lugar donde la gente confesaba sus pecados y pedían salvación, y perdón ante su dios.

Pero aquí lo importante no es la Iglesia, sino la casa a lado de esta.

Quienes vivian ahí era el ministro Phelps y su primogénito.

Y en estos mismos momentos, el adulto estaba en el cuarto de su hijo, viendo este desde el umbral de la puerta, observando como este respiraba pacíficamente, dormido.

Espero unos minutos más, confirmando totalmente que su hijo estuviera en los brazos de morfeo. Decidio dar una última mirada a la pieza de este, un cuarto gris y sombrío para un jovencito de su edad, y oscuro al estar las luces apagados ya que el joven dormía en su mullida cama. Tras no ver nada fuera de lo normal o de lugar, cerró la puerta con cuidado y dio partida a su habitación.

Pero en unos minutos más, después de que su conciencia dejara ese mundo para ir a donde los sueños se cumplen, su pequeño cordero salía para ir a ver a un malvado lobo.

El joven moreno bajaba con cuidado de la ventana de su cuarto, cuidando no hacer mucho ruido y no lastimarse. Al ver que estaba más cerca del piso, se soltó de la cuerda improvisada echa de sus sábanas que hizo, para caer en el suelo en cuclillas, soltando pequeños quejidos tras el impacto de sus rodillas y pies descalzos contra el pavimento.

Se levantó, sacudiendo la tierra de su pantalón de pijama y seguir con su destino.

Y el lugar al cual se acercó fue detrás de la Iglesia que le pertenece a su progenitor.

Detrás de dicha Iglesia, un joven de cabello azul esperaba al rubio moreno. Este al aparecer, pudo observar como el chico llevaba unos short de pijama, muy cortos, y una camisa algo transparente, en su hombro derecho colgando una mochila. Su bello cabello azul estaba siendo iluminado por la luz de la luna, de una manera sutil, al igual de como el viento soplaba, moviendo su azulada melena de una linda manera. De tanto que lo vio, Sal pudo sentir su presencia.