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«T̴̜͂r̸̟̾o̸̳̅u̸̓ͅv̴̙͋e̸͕̋z̷̬̔ ̶͕̃ú̵̻n̴̩̆ ̶̩͘g̴̢͑a̷̮̋r̵̛̤d̵͔̓i̵̦̽ĕ̸̮n̵͈̋ ̵̉͜a̵͔͑p̵̗̒p̶̢̅r̶̼̚ó̵͍p̵̹͐r̵̰͐i̴̡̅é̶͖̀.̸̹͠.̸̟̔.̶̢̉ ̶͙͝C̷͓̈'̷̲͒e̶̗͛ṡ̶̰t̸̫̀ ̷̖̂ĺ̷͜ȧ̸̞ ̸̫͝f̵̰͋i̵͔͊n̶̫͌ ̶̬́d̶̡͊ę̴̒ ̶̘̕L̷̦̊a̶̹̒ḑ̴͂y̶̱͋b̶̡̏ũ̷͜g̶̗͘ ̴̭͂e̶̦͐ẗ̶̤ ̸͓̓C̷̻̊h̸̩͋ḁ̸̅ț̵͋ ̷͕́N̷̪̿o̸͇͑i̷̤͠r̴͎̐»

Izuku parpadea un par de veces y se incorpora suavemente en su cama, llevando sus pequeñas manos hechas puño hacia sus ojos para quitar los rastros de adormecimiento que se reflejan en su infantil rostro. En menos de una semana ha soñado tres veces con la misma moribunda mujer a la que no puede verle el rostro y que, además, habla en un idioma que él —a sus cinco años— es incapaz de comprender, aunque puede deducir que se trata de algo triste e importante debido a la mezcla de sentimientos que se marcan en cada una de sus palabras.

La alarma personalizada de su despertador de All Might acaba por nublar los recuerdos de lo soñado y el sonido trae consigo a Inko, su madre, quién ingresa a la habitación con una amorosa sonrisa estampada en su rostro, lista para sacar al pequeño de la cama con el objetivo de prepararlo para un nuevo día en el jardín de niños, donde él jugará y compartirá con sus amigos por horas y horas de ilimitada diversión que sólo se disfruta plenamente en edades tempranas.

-Buenos días, mi pequeño conejito- saluda la fémina, dejando un sonoro beso en la frente del menor. -Es hora de levantarse- canturrea con cariño, retirando las mantas del pequeño cuerpo ajeno.
-¡Sí!- exclama él, rebotando en la cama de forma animada. -¡Kacchan dice que me ayudará con mi quirk! ¡Estoy muy feliz!-

Inko ríe con dulzura ante la alegría que su hijo emite al hablar de su mejor amigo, aunque debe detener el movimiento frenético que éste ejerce para así cambiarle con éxito la ropa de cama por prendas de vestir diario. Listo, limpio y con bastante hambre acumulada en sus horas de sueño, Izuku da pequeños saltos a un lado de su progenitora mientras ambos caminan hacia la mesa de la cocina, lugar en el que la mujer acomoda al pecoso para luego colocar frente a él un abundante desayuno servido en una vajilla especial de su héroe favorito.

-Vaya, Izuku, nunca te había visto comer así- comenta con asombro ante la rapidez del pecoso al devorar el tazón de arroz. -Sé que estás emocionado, pero intenta comer más despacio para que después no te duela el estómago- él niega con la cabeza.
-No puedo- suelta, tomando un poco de zumo para digerir lo sólido y pastoso ingerido. -Tendré... Mi quirk- continúa, masticando un trozo de tofu con ansias.

Esas palabras de comprensión que Inko desea comunicarle al menor se quedan atrapadas en su garganta y hacen imposible la correcta deglución de su propio desayuno. Si bien un gran porcentaje de infantes desarrolla una singularidad en un período de tiempo que comprende entre su nacimiento y los cuatro años, Izuku no ha demostrado ni la más mínima manifestación de poder y es muy probable que jamás obtenga alguno ya que no existen registros de humanos con un desarrollo tardío de más de seis meses. Ella no quiere admitirlo, pero le tiene infinito terror al simple pensamiento de que su pequeño puede ser diagnosticado como un "sin don", no por el hecho de que en la sociedad actual aquello es considerado una anormalidad, sino porque teme a la negativa reacción del infante al ver sus sueños destrozados. Esta es la razón por la cual ha postergado tanto su visita al pediatra, no obstante, sabe que muy pronto deberá exponerlo a la cruel realidad.

-Mami, terminé-
-Oh, sí, ve a lavarte los dientes mientras yo termino lo mío, ¿Vale?- su indicación recibe un asentimiento tan adorable que su corazón se estruja aún más por el pesimismo de su involuntario pensar.

The Missing Piece 「MLB!Tododeku AU」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora