Capítulo 24

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Llego la piza

Rato después – Oficina de Josie

Josie había decidido que era mejor que ella misma acompañara a Hope hasta el estacionamiento. No porque no confiaba en Olivia, sino porque primero que la mujer aun no salía del estupor de ver a la tatuadora desnuda y segundo, y no menos importante, si la pelimorada acompañaba a la cobriza, de esa manera podía aprovechar el ascensor para repasar las partes de la boca que amaba de la otra chica y dejar que Hope esculcara su boca como ella quisiera, o podía aprovechar la poca luminosidad del parqueadero de autos para, apoyadas en el camioncito de helados, repasar el contorno del pene de la cobriza con sus propias manos y de paso, también podía dejar que Hope se desquitara jugando un rato con sus pechos. En fin, hicieron todo eso y un poco más. Toda la diversión terminó cuando el guardia del estacionamiento encendió el pitido que avisa la entrada de un nuevo auto y la pelimorada le dio el último y profundo beso a su chica para dejarla ir toda rezongona por su erección sin tratar. La sonrisa que Josie portaba en su rostro a medida que caminaba por el edificio le dio que sospechar a más de uno de sus propios empleados. La pelimorada no sabía si la miraban por eso o por su raro caminar, sea por lo que sea, Josie lo llevaba con orgullo, la sonrisa porque tenía una novia que la hacía enamorarse cada vez más y su caminar, porque para ella era una medalla de honor, no cualquier recibe el exclusivo trato del rarón y vive para contarlo.

- Olivia… - Llegó al escritorio de su secretaria

- ¿Se encuentra bien Señorita Saltzman? – La mujer la miraba como una madre preocupada mira a su hijo.

Josie alzó una ceja y contestó – Estoy perfecta Olivia, gracias por preoc…

- ¿Está segura? Porque… disculpe si me meto pero… es que… como decirlo… lo que vi es… es… es… - la preocupación de la mujer no encontraba palabras.

- Olivia – la frenó Josie – Estoy muy bien. Agradezco tu preocupación de todas maneras – Tampoco había tanta confianza entre ellas – ¿Terminaste con tus tareas? – le preguntó.

- Por supuesto señorita Saltzmam – le aseguró orgullosa de su propio trabajo – Ya limpié su agenda de hoy como usted me ordenó y todos los asuntos urgentes ya están solucionados – informó

- Perfecto – dijo Josie – Da el aviso de que todos los empleados tienen el resto del día libre y después de eso puedes retirarte, muchas gracias por todo Olivia – le dijo a su empleada - ¿Algún problema? – la mujer se le había quedado mirando como si de su boca escupiera fuego.

- Disculpe pero… ¿Me podría repetir lo que acaba de decir Señorita Saltzman? – pidió con respeto la mujer

- Olivia – Josie se resignó – No has escuchado mal ni nada por el estilo. No tengo la cabeza en el correcto lugar para trabajar esta tarde – la cara de pícara de Olivia lo dijo todo – ¡Exacto! – Josie le adivinó el pensamiento – Ya sabes dónde está mi cabeza y por eso si yo no trabajo, no puedo obligar a mis empleados a hacerlo también, por lo tanto tarde libre para todo, no pasa nada si en una tarde no trabajamos – anunció retirándose para su oficina – Hazte cargo por favor – ordenó suavemente. Olivia miró el teléfono sabiendo que le esperaba una difícil tarea de convencer a los empleados de que lo que decía no era una broma.

Apenas Josie entró a su oficina se encontró con la mirada de Penélope sobre ella. La asiática estaba sentada sobre el escritorio y la miraba seriamente y de brazos cruzados. Josie le respondió mirándola con la misma seriedad. Penélope fue la primera en quebrarse cuando de su boca salió una mueca de burla y le abrió los brazos a su amiga.

I'm Not For You  (Hosie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora