POV'S Fallon
Mi cerebro trabaja a toda velocidad pensando en cuál será la razón por la que mi madre tiene que hablar conmigo. Y más con esa cara tan seria que tiene. Pero no se me ocurre nada , he sacado buenas notas y he ayudado en las labores de la casa. Puede que una que otra bromita chiquitina si haya hecho, como pintarle el pelo de verde a Teffan o poner una mini bomba de humo en una clase. Pero nada más
Ay no, ya se que es. Se dio cuenta del jarrón. Lo rompí hace como 1 semana. Estaba saltando y bailando por toda la casa y... no lo vi. Tiré los trozos a la basura y la saqué para que el camión se la llevara. No puede haberse enterado.
En todo este tiempo que he estado en silencio, mi madre solo me mira mientras aprieta los labio. Señal de que está nerviosa.
— ¿De qué necesitas hablar? —le pregunto con la voz más angelical del planeta.
— Emmm...yo... —esto es preocupante, ella nunca titubea a la hora de hablar. Es muy directa.—. No irás a Cancún —si, muy directa.
— ¡¿QUÉ?! —grito. — ¡¡Mami no me puedes hacer eso, yo me he portado bien!!¡¡Terminé con excelentes notas!! ¡¡Y lo del jarrón fue un accidente, yo no quería romperlo, per...
— Todo eso lo se, no tiene nada que ver con tus notas ni... espera —me corta y se detiene a pensar un instante — ¿Tu rompiste el jarrón de la abuela?
Ok, no tenía que haber nombrado el santo jarrón. Debo cambiar el rumbo de la conversación sino estoy muerta.
— Ese no es el punto —le digo— Si no es por mis notas, entonces no entiendo. Explícame por favor.
— Es por tu padre —ay no— Tu padre me llamó hace unos días. Me dijo que quiere que pases las vacaciones con él, en California.
Que el mundo se detenga, porque me quiero bajar un segundo. Haber si entendí, mi padre, con el cual no he hablado, ni he visto desde que tengo 10 años, quiere que pase las vacaciones con él. Esto debe ser una broma.
— Mamá... me podrías decir, por favor, si tienes algún problemita en la memoria. ¡Porque, por si no lo recuerdas, ese hombre no se ha dignado en aparecer ni en llamarme! ¡¡EN 10 MALDITOS AÑOS, MAMÁ!! —me estoy alterando, no me quiero alterar, pero me estoy alterando mucho. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.
— Fallon, calmate y no me grites. Te voy a explicar todo —me observa con los ojos muy abiertos por mi reacción, mientras yo sigo respirando— Richard llamó, aquí a la casa, hace unos días. Hablamos un rato y me dijo que quiere pasar estas vacaciones contigo. Sé perfectamente que no se ha comunicado contigo en un largo tiempo, pero el quiere arreglar las cosas...
— Vaya, que buen hombre —utilizo mi amado sarcasmo.
— ...y por eso te irás a California a pasar el verano junto a tu padre y Sofía —un momento que no recuerdo a ninguna So... A si, la novia de mi padre. Bueno, ya debe ser su esposa.
— No, no y no. No pienso ir. Ya han pasado 7 años, es tarde para arreglar las cosas. Que se quede en su linda mansión con su esposa y yo me voy a Cancún y no lo veo más en lo que me queda de vida. Ta-rán, todos contento —le dedico una sonrisa, enseñando todos mis dientes.
— Nunca es tarde para arreglar las cosas.
— Tenía que hablar "Madre de los Desamparados" —digo haciendo comillas con los dedos.
— Fallon...- me dice con tono de advertencia.
— ¡¡No, mamá!! ¡¿No pasaré mis vacaciones con él!? —le grito.
— ¡¿Pues lo siento, pero ya la decisión está tomada?! —me devuelve el grito — Te vas en 2 días y ni una queja más —y con esas palabras supe que no había marcha atrás. Me iría a California.
El enojo me quema por dentro.
— Pues bien, ojalá la pases de maravilla en tus perfectas vacaciones —sin decir más, me doy la vuelta y subo las escaleras corriendo.
Me dice algo pero no lo escucho porque cierro de un portazo la puerta de mi habitación. Me apoyo en ella, sintiendo las lágrimas llenar mis ojos. Corro hasta mi cama y alcanzo una almohada, me la pongo en la cara y con ella ahogo un grito de ira. Luego me acuesto mirando el techo, dejando las lágrimas salir.
¿Por qué no me entiende?¿ Por qué no comprende lo duro que es para mi? Ese hombre no se ha preocupado por mi en 7 años, no ha llamado para saber si estoy bien, si duermo, si estoy viva. Nada. Y quiere que me vaya con él, por casi 3 meses. El enojo me llena por completo.
Enojada con mi madre por no entenderme.
Enojada con Teffan por no convencerla.
Enojada con mi padre por aparecer justo ahora en mi vida y joderlo todo.
Y enojada con mi gato por morirse y dejarme sola en este mundo.
Ok, ok, el gato no tiene culpa. Pero no se a quién más odiar y me vino a la cabeza el pobre Misifuso.
Sigo acostada, llorando. Mientras una frase me da vueltas en la cabeza: ¿Qué mal le he hecho al mundo?, pienso y es cuando mi móvil empieza a sonar.
Respondo sin mirar siquiera quién es.
— ¿Qué? —hablo borde y cortante.
— Vaaaaya, eso dio miedo. ¿Qué te pasa, leona? —me responde Cam desde el otro lado de la línea.
— Aún no se por qué me llaman leona. Pero bueno, les cuento en persona. Nos vemos en 10 minutos en tu casa y llama a Zoe —le ordeno, cuando estoy enojada me pongo mandona.
— A sus ordenes, generala —este bobo siempre me saca una sonrisa— Nos vemos.
Cuelgo y agarro una mochila pequeña, echo en ella mi celular, las llaves de repuesto que tengo en mi habitación y unas toallitas para las lágrimas. Zoe es muy dramática y se que las necesitará. Bajo al salón donde mi madre aún esta sentada, y salgo dando otro portazo.
Ella sabe a donde voy y si no... que tome clases de detective. Llego a la casa de Cameron y su madre me saluda tan cariñosa como siempre y me informa que Zoei ya ha llegado.
[...]
Media hora después ya les había contado cada detalle de la discusión y del tema de mi viaje a California. Comenzaron la sección de "Apoyo al necesitado", o sea, yo.
— Tranquila, Fall. Seguro era una broma de tu mamá —trata de hacer que me sienta mejor.
— Nop, no era una broma Zoei —me recuesto en su hombro.
— Bueno al menos podrás ir a las hermosas playas de California y arreglaras las cosas con tu padre.
— Cameron, él dejó de ser mi padre el día en que no volvió a llamarme. Sólo es quien cooperó en mi creación —le explico.
— O sea, tu padre.
— No estás ayudando, tío —le lanzo una mirada de cállateotecallo.
Pasamos el resto de la noche viendo pelis, entre las cuales estaba Titanic —sabía que necesitaríamos las toallitas en algún momento— y comiendo pizza y papas fritas. Habíamos comido tanto que no fui a casa a cenar, además de que no tenía ganas de ver a mi madre.
Alrededor de las 11:20 pm, ya estaba muy cansada, así que me despedí de los chicos. Les dije que al otro día los llamaría y me marché. Llegue a mi casa y subí directo a mi habitación, aunque antes pasé por la cocina a buscar unas galletitas de mantequilla.
Luego de mi merienda nocturna, la cual nunca falta, me hice una bolita bajo mi suave y fresquito edredón y me quedé dormida luego de pensar unos minutos en el verano que tenía por delante.
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Todo cambió en ese verano
Teen FictionFallon Miller, una chica de 17 años, pensaba que pasaría sus vacaciones de verano en Cancún, tal y como lo había planeado con su madre y su padrastro. Pero se llevará una sorpresa al saber que no será así. Su padre, con el que no ha tenido contacto...