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—¿Estás seguro de lo que estás haciendo, Nakamoto Yuta? —se habló a sí mismo.

No, en lo absoluto. No sabía inicialmente ni por qué aceptó hacerlo. Ni siquiera pudo dar su opinión al respecto, su gran amigo Donghyuck simplemente le proporciono una dirección que indicaba un café, no muy lejos de donde se encontraba. Si aún no se da a entender el contexto, sí, está a punto de tener una cita con alguien que no ha visto en su vida.

Yuta a primera vista tenía un tinte de ser alguien realmente malo y temible. Sin embargo era todo lo contrario; Yuta era más tierno que humano.

Algo que a su parecer era un defecto que no le permitía negarse en algunas ocasiones. Especialmente a su amigo previamente mencionado. Pero en este caso siquiera un no pudo articular.

En conclusión, ahora estaba a punto de tener un colapso mental que acabaría con su vida y la de todos los que lo rodeaban por el gran impacto que ésta tenía.

—¿Va a entrar? ha hecho una hilera innecesaria en la entrada —la voz del empleado lo obligó a salir de sus pensamientos, al voltearse vio la gran cola de personas que habían, quienes pensaban que esa era realmente una.

Se disculpó un par de veces mientras la vergüenza reinaba, dejando pasar a los clientes, un tanto molestos.

Acarició su cien con la yema de sus dedos con frustración. No podía creer que se le complicase tanto una simple conversación llena de tensión y sonrisas falsas. O eso era lo que normalmente veía en las primeras citas.

¿Cita?

¿Acaso esto era una cita?

Bueno, al parecer el día de hoy sólo contenía duda.

Observó a través del cristal, había una cantidad de personas incontables, ¿cómo se supone que debía encontrar a aquel chico?

Intentó ampliar el papel arrugado que se encontraba en sus manos debido a los nervios que lo consumían.  En él, además de haber una dirección, en una esquina estaba escrito rápidamente un nombre, asumió que era el del chico.

Mark Lee.

Ya basta, pisa el establecimiento antes de que te arrepientas.

Y finalmente, ingresó.

Buscó con la mirada a quien le correspondía. Aproximadamente al final se veía un chico bebiendo un café, de unos veinte a veinticinco años.

Este tiene cara de ser Mark.

Afirmó y se acercó a él.

—Hola, lamento llegar tarde.

Éste sólo se limitó a realizar una expresión de confusión. 

—¿Eres el mesero? ¿Ya vienes a cobrarme? —aumentó el tono de su voz— ¡Simplemente podrías haber dicho que me fuera! —botó bruscamente unos cuantos billetes en la mesa, mientras sus pasos veloces demostraban ira.

Definitivamente no era él.

Detrás de él resonaron unas escandalosas risas.

—¿Eres Haechan? en la foto te veías distinto.

Yuta se tensó. Qué embarazoso.

—En realidad Donghyuck tuvo unos pequeños percances al venir, por lo que me pidió que yo lo hiciese. Soy Yuta, Nakamoto Yuta —este le extendió la mano para estrecharla, mas el otro en lugar de hacerlo lo abrazó, cosa que automáticamente le hizo tornar de un color rojizo en sus mejillas.

—Hueles a vainilla —dijo mientras su nariz presionaba el cuello ajeno, provocando un cosquilleo al contrario— me gusta abrazar, lo siento.

Esbozó una sonrisa.

—No te preocupes, a mí también —correspondió al débil abrazo, manteniendo esa posición por un buen rato.

No quería apartarse, la sensación de tener un cuerpo aferrado al suyo lo envolvía en una comodidad suprema. Inconscientemente empezó a restregar suavemente su mejilla en la cabellera del otro.

—Hyung, usted es muy afectuoso
—rió mientras disfrutaba las caricias que el rostro ajeno le otorgaba.

Si tuviera la posibilidad de vivir pegado a la figura que lo rodeaba no dudaría en hacerlo.

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Tenía unas ganas d hacer esto. quería hacerlo un os pero es muy insuficiente para el contenido (mayormente soft) que tengo pensado para esta historia. destaco que saqué unas cuantas referencias a la canción de big naughty. ojalá les guste <3

匚ㄖ千千乇 // yumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora