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Mark limpiaba cuidadosamente el cuerpo que lo rodeaba una tina repleta de agua. Pasaba el jabón por aquellas áreas las cuales fueron de gran diversión en su momento, sonriendo de manera involuntaria ante los recuerdos.

Yuta sonrió mientras fruncía el ceño.—¿A qué vienen esas risas silenciosas? Aún sigo sorprendido por la facilidad con la que cae la tinta, hace unas cuantas horas estaba pasando por plena tortura intentado eliminar todo esto.

—Tal vez porque no lo estabas haciendo con sumo cuidado —le explicó, acariciando sus hombros, esta vez con el dorso de sus manos—, debes dejar de caer en manos de la desesperación, eso hará que todo empeore.

Yuta cerró sus ojos debido al suave toque que Mark le proporcionaba, apreciando cada milisegundo en que su piel estuvo interactuando con la contraria. Un quejido salió de su boca cuando dejó de sentir las manos de Mark, volviendo a sentir el frío jabón deslizarse por su espalda.

—¿Qué pasa?

—¿Podrías volver a usar tus manos como jabón? Definitivamente es mucho mejor que el original.

Mark calló, sonrojado. —Basta, Nakamoto, lo único que harás es que no caiga bien.

—No me importa, tus manos son mejor —murmuró Yuta, intentado volver a poner sus palmas sobre su cuerpo, pero Mark, con algo de dificultad, agarró la toalla.

—Vamos, ya fue suficiente, creo que ya cayó todo —secó las hebras de su cabello mientras tanto, pensando en lo ridículo que se veía en tal escena, Yuta realmente parecía un niño.

El japonés, algo inconforme con que  todo concluyera de este modo, ideó un plan.

—Oh, Mark, aún hay rayones en este lugar —mintió, y Mark se acercó con el jabón de nuevo en mano. Antes de que pudiese decir una sola palabra, Mark yacía en la tina, completamente empapado. Yuta lo había metido a ésta.

Existió ese instante en que el enojo tuvo el deseo de apoderar su cuerpo, pero la gracia le ganó, riendo mientras trataba de sentarse sin resbalarse. Yuta lo notó, así que arrastró el cuerpo de Mark muy cerca al suyo, con sus narices teniendo un sutil contacto. El canadiense podría besarlo con un solo centímetro de movimiento, pero se contuvo, bajó su cabeza hasta el pecho del contrario, algo avergonzado de seguir evitando lo que tanto quería.

—¿Hasta cuándo seguirás ignorando al elefante de la habitación?
—preguntó Yuta, acariciando las hebras oscuras.

—No lo sé, tengo miedo —murmuró, acurrucándose más contra el japonés, éste último vio adorable la acción.

—¿Miedo?

—Sí, Yuta, miedo de que esto sólo haya sido producto del momento y no realmente un sentimiento, porque a mí sí me gustas, pero tú estás interesado en otro chico.

Yuta arqueó una ceja, divertido.

—¿Estoy interesado en otro chico?

—Me lo dijiste mientras estabas ebrio —Mark suspiró ante lo recordado, eso eliminó demasiadas ilusiones.

—¡Ah! Sí, estoy interesado en un chico —le dio la razón, y Mark sintió temblar su labio bajo, dispuesto a caer en brazos del llanto—, él es algo... escandaloso, su risa no falta en ninguna conversación, sus ojos llevan consigo un color profundo brilloso y ama abrazar mientras cola su nariz en los cuellos, también-

Los labios de Yuta fueron sellados por otros, siendo envueltos por una seguridad. En cuanto los labios empezaron a circular el beso se tornó algo torpe, pero eso no era relevante, simplemente tenían el anhelo de sentir la conexión entre sus belfos.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2023 ⏰

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匚ㄖ千千乇 // yumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora