7

914 140 18
                                    

Pov Cael

Ha pasado un día esa aquella noche. Minho no me dirije la palabra pero igual estuvo haciendo mi trabajo. Realizó el proceso de inspección y algunas tareas que tenía pendientes. Por supuesto no le dejé todo en sus manos. Yo mientras tanto en el tiempo que podía revisaba documentos y firmaba pendientes. Todo con el fin de dejar cualquier detalle listo antes de irme.

Desde aquel día oficialmente me hice cargo del mocoso , quién curiosamente está muy sumiso a mis órdenes. Hace todo lo que digo sin objetar nada.

No me quejo , al menos me lo estaba poniendo fácil. Excepto por el hecho de que casi no comía. Eso me estaba preocupando.

Debido a su estado debe ingerir los suficientes alimentos para poder recuperarse apropiadamente. Y él no ponía de su parte , era una guerra constante para que lograra probar bocado.

Dejando ese detalle a un lado todo lo demás iba bien. Le hacía tomar sus pastillas , le llevaba a las duchas , le colocaba su pomada , le prestaba mi ropa. Incluso le regalé un cepillo de dientes.

El mocoso la mayoría del tiempo la pasaba durmiendo y mientras lo hacía , yo trabajaba o simplemente leía. Era perfecto.

Aunque a veces , muy a mi pesar , me molesta verlo tan decaído y con la mirada perdida. Creo que hasta extraño sus berrinches de bebé mimado.

Pero en fin. Creo que he hecho un buen trabajo hasta ahora.

Pensé que sería más complicado. Pero en realidad esto está siendo como unas pequeñas vacaciones.

Hoy era domingo y no tenía nada que hacer aparte de encargarme del niño.

En estos instantes estoy yendo al dormitorio a llevarle el desayuno.

Al llegar a la puerta toco y muy poco segundos después me abre el soldado que dejé a cargo de vigilar al mocoso en mi ausencia.

- Ya puede retirarse - le ordeno.

Haciendo saludo militar se va del dormitorio.

Lentamente me fui acercando a mi cama. El mocoso seguía en un profundo sueño. ¿Cómo demonios puede dormir tanto? Parece un oso en hibernación.

Dejé el desayuno en la mesa de noche para después remover el bulto entre las mantas.

- Mocoso..- le llamo inútilmente. Este niño es una piedra , siempre es lo mismo en las mañanas.

Sin más paciencia le quito de golpe las sábanas y vaya con la sorpresa que me encontré ahí abajo.

El maldito mocoso estaba de espaldas a mi , usando sólo un boxer y mi camiseta , la cual por cierto se encontraba subida , dejando ver esa pálida y estrecha cintura que era adornada por varios lunares distribuidos aleatoriamente. Totalmente apatecible.

Pero eso no fue lo mejor. Lo mejor fue ese exquisito trasero voluminoso. Seguido de esas bellisimas piernas , tan lechosas y apretables. Sus muslos eran rellenos y sus pantorrillas también. Sus pies para mi sorpresa también eran lindos y pequeños como sus manos.

Este niño fue hecho para invitar al pecado.

En mi vida he visto un hombre con semejante cuerpazo. Y es la primera vez que me llama la atención uno. Aunque no es que eso me importe , siempre me dio igual esas cosas.

Este niño por mucho que quiera negarlo es tremendamente bello. No sólo su cara , sino también su cuerpo.

De sólo imaginarme tocando , mordiendo , besando y poseyendo a mi antojo a ese mocoso me ponía muy caliente.

Disaster Stay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora