El Inquilino (Pt. 1)

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El frío y el miedo comenzaban a reinar en el cuerpo de Calvin. Escondido detrás del sofá, petrificado de miedo, escuchaba como un hombre abusaba y asesinaba a su madre. Cuchillada tras cuchillada, la mujer sollozaba con dolor, hasta que lentamente su voz se apagó por completo...
El autor del asesinato: El alcohólico padre de Calvin. Al parecer, una discusión acerca de la cantidad de alcohol que este consumía, lo llevó a, bajo sus influencias, asesinarla.
Este individuo fue recluido a una penitenciaria en Alabama, y el pobre niño Calvin, de diez años,fue enviado al orfanato 'Holy Creek', para el alivio del pequeño, a cientos de km de distancia de su padre.
-Toma un chocolate, te encantarán.-
-No me apatece, señora Palpitt.-Respondió cortante Calvin.
-No te gusta hablar mucho, ¿Cierto?-Preguntó la anciana señora Palpitt mientras rascaba su sien.
-No.-Sentenció.
La señora Palpitt era la dueña del orfanato. Era una mujer anciana con unos kilos de más, siempre vestida con un viejo y desgastado vestido color rosa. Su cabello era corto;hasta los hombros, color negro con varias Canas filtradas, y unos ojos color gris que realmente inspiraban confianza.
-De acuerdo, Kevin...
-Calvin. Mi nombre es Calvin.-Corrigió, mientras se tambaleaba sobre la silla en la que estaba sentado.
-Calvin,cierto.-Dijo la anciana, mientras corroboraba su nombre en la ficha de datos de Calvin.
-¿Puedo irme?-Preguntó Calvin.
La señora Palpitt asintió y le extendió frente a los ojos una llave.
-Tu habitación es la número 24. Espero que te lleves bien con tu compañero, Elvis.-
Calvin arrebató con violencia la llave de los dejos de la mujer y arrastró sus pies hacia el viejo ascensor.
Presionó un empolvado botón y las oxidadas puertas se cerraron lentamente con dificultades.
Calvin suspiró.
"Finalmente sólo" Pensó.
-Eh,tu.-Se escuchó un susurro cerca del oído de Calvin.
Este volteó la cabeza sobresaltado a la izquierda y vio a una niña de su edad, quizá un poco menor, con lodo y suciedad por toda su cara, un poco de su hermoso cabello Rubio estaba salpicado, aunque a pesar de la suciedad, la niña se veía hermosa.
-Soy Lisa...Tu debes ser Kevin, el nuevo.-Se presentó,sonriente.
-Calvin-Corrigió él.
-Eso dije. En fin, mi dormitorio es el número 23, y me enteré que el tuyo es el 24. Si algún día quieres tener alguien con quién hablar, dimelo. Se lo difícil que es por lo que estás pasando...¡Y vaya atrocidad de quedar huérfano!-Dijo sonriente, sin darse cuenta que Calvin intentaba alejarse de la mugrienta niña.
-Vamos, di algo. ¿El gato te comió la lengua?-
Calvin enfureció y volteó a ver a la niña.
-Estás sucia. Me repugna la suciedad.-
Lisa sonrió e intentó no reír, aunque sus esfuerzos fracasaron y soltó una vil carcajada.
-Así es. Esperaba que me preguntarás. He estado jugando a saltar charcos y me he tropezado en uno. Tremenda reprimenda me dará la señora Palpitt si me ve así. Por eso me escabullo a la habitación.-Explicó, sin ocultar su bella sonrisa.
Las puertas del ascensor se abrieron y Calvin salió sin despedirse, sin dedicarle una cálida mirada...Nada. Simplemente se fue.
Calvin había sufrido mucho presenciando a su madre siendo asesinada, aún estaba horrorizado por ver esa horrible escena; la sangre de su madre escurriendose entre los dedos de su padre, viseras regadas por toda la sala de estar y...Esos ojos encolerizados de su padre...Sedientos de sangre.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2015 ⏰

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