♟CAPÍTULO DIECIOCHO♟

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"¡Déjala salir!"

-¿Qué haces aquí sin tus guardaespaldas? -Layla se acercó a Aixa que estaba sentada en un banco de los del parque de médicos.

-¿Cómo que sin mis guardaespaldas? -le preguntó ella confundida.

-Josh y Mike -le explicó-. Siempre andan contigo de arriba para abajo.

Aixa soltó una pequeña risa y Laila se sentó a su lado.

-¿Estás bien? -le preguntó y Aixa asintió-. Quiero disculparme contigo por mi reacción el día de la cena.

-No es necesario.

-Lo es -insiste-. La verdad es que te tengo un poco de envidia.

-¿A mi? ¿Por qué?

-Mike y Josh -los señaló a lo lejos conversando-. Ellos te quieren como una hermana y te protegen, yo nunca he tenido algo así.

Aixa se quedó mirando a los dos chicos. Layla tenía razón, todo este tiempo Mike y Josh la habían tratado y cuidado como si fuese su hermana menor. Siempre estaban cuando los necesitaba y ella no les había retribuido toda esa atención. Se puso de pie y miró a Layla por última vez.

-Gracias por tu disculpas -Layla le sonrió amablemente-. Y tal vez Mike si podía darte todo eso, solo que no supiste valolarlo.

Caminó con una sonrisa hacia donde estaban los chicos, había logrado sentirse un poco mejor y despejar la preocupación que le causaba el que Dax supiera algo de su pasado. Mike y Josh eran su zona segura.

-¡Hola chicos! -les sonrió cuando llegó.

-¿Que tal Aixa? -le preguntó Mike con una sonrisa, Josh por su parte se veía preocupado.

-¿Todo bien Josh? -le preguntó ella.

-Recibí una mala noticia de mi familia -le comenta.

-Nunca me han hablado de sus familias ahora que lo pienso -ella se sentó en medio de ambos.

-Mi familia vive en Estados Unidos, se fueron hace mucho tiempo -le contó Josh-. Hablo muy poco con ellos.

-La mía es de aquí -Mike sonríe-. Solo queda mi tío, los demás han muerto.

-¡Oh! Lo siento mucho -se lamenta ella apenada.

El intercomunicador de Aixa comienzó a sonar y al tomarlo en sus manos vió una llamada de Lorenz, de inmediato contestó.

-Doctor Lorenz.

-Venga a mi oficina en cinco minutos -le ordenó y colgó.

Aixa soltó un suspiro de cansancio y se puso de pie.

-Suerte con él -le dijo Mike mientras ella caminaba hacia la oficina del doctor.

La noche finalmente llegó y Aixa salió agotada de la oficina de Lorenz donde llevaban horas organizando archivos de los pacientes de la sección este. Según él, tenía una reunión importante en la ciudad donde escogerían al nuevo director,y ella era la única capacitada para organizar los archivos.

Pero sabía que eso era labor de enfermeros y que Lorenz solo estaba poniéndole más trabajo que el de costumbre porque ella lo había rechazado.

Llegó a la sala de médicos donde aún quedaban dos de sus compañeros, el de guardia y otro chico. Se lanzó a uno de los sofás, cerró sus ojos dispuesta a dormir una siesta pero para su mala suerte su cabeza comenzó a recordar la mañana y su conversación con Dax.

¿Qué sentiste cuando la mataste?

¿Cómo Dax sabía que ella había matado aquella chica?

Por qué ese maldito chico de ojos azules era tan misterioso, por qué parecía saber tanto de ella y por qué sentía tanta atracción hacía él.

© DAX [Juegos Perversos] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora