Charleston es un pueblo tranquilo, con gente tranquila.
Prudence Williams es una chica alegre, amable, graciosa y curiosa en un mundo de lobos y vampiros.
Un día ocurrió algo muy inesperado,por su curiosidad y la atacan.
Desesperada, va corriendo ha...
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4:10 p.m
Y la luna también lloraba, pero el lobo nunca lo supo🍃
—Y bien, Prudence, ¿como se supone que vamos a investigar quién era ese chico misterioso?—Habló mi mejor amiga Zenda, Abriendo la nevera para agarrar un jugo.
—¿Y si vamos así como los detectives de la televisión?— respondió el idiota de David, mi mejor amigo
—¿Eres tonto? Cómo vamos a hacer eso— Dije
—Bien, chica inteligente... Entonces que hacemos.
—Ash, ¡no lo sé!
—¿Ves, Prudence?—Suspiro parándose de la silla—Solo sabes que era un chico con el cabello castaño y un tatuaje en el cuello, no podemos averiguar nada con eso. ¿Sabes cuántos chicos hay con cabello castaño y un tatuaje en el cuello en charleston? Miles. —
Odio darle la razón a las personas, pero está vez David tiene razón... Nada más sabia eso y eso no serviría de nada para investigar quién era ese joven misterioso.
—Si, si, tu ganas...pero no me puedo rendir así de fácil, David.
—¿Para que quieres saber quién era el? ¿Que vas a hacer con esa información?
—No lo se, simplemente quiero saber quién era el y por qué me estaba llevando al hospital, por qué se tomó el tiempo de hacer eso por mí.
—¿Ya pueden dejar de hablar de ese chico misterioso?—Exclamo Zenda.
Suspire
—¿Y si vas a la policía a investigar? No lo sé, preguntarle por qué un chico con el cabello castaño y un tatuaje en el cuello te estaba llevando al hospital— Hablo David
—Primero, la policía ayer en el hospital quería hablar conmigo y mi hermano me tuvo que salvar. Segundo, ¿que les voy a decir? Tercero, como tú dijiste... Hay miles de chicos de cabello castaño y un tatuaje en el cuello.
—Holaaaa? Estoy aquí—Exclamo Zenda.
—Creo que estoy pensando mucho las cosas.
—Si, lo estás haciendo—Me respondió David
—Si Prudence, necesitas relajarte... ¿y si nos vamos de fiesta está noche?—Dijo Zenda
Creo que es lo mejor para mí, estoy pensando demasiado las cosas.
—Sí, es lo mejor, ¿por ahora quieren ir a ver una película en mi habitación?
—Sí—Los dos dijeron al mismo tiempo.
Nos fuimos a mi habitación, pusimos una película.
Pasaron las horas, nos pasamos toda la tarde viendo películas y comiendo palomitas.
