Capítulo 13.-El chico pálido

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Tenía horas despierto, no había podido conciliar el sueño de la emoción, por más que se había forzado a dormir no lo había logrado, ya debía ser de madrugada, estaba seguro, pero no quería preguntar la hora, además no estaba seguro de si estaba solo o su madre se encontraba cerca, pero la impaciencia le gano.

-¿Mami estas aquí?

- Si amor aquí estoy- respondió con voz adormilada su madre

-¿Qué horas son?-

-Las siete de la mañana, sigue durmiendo en una hora te traerán el desayuno y luego vendrá el doctor a revisarte

Jimin hizo un puchero, quería que el tiempo corriera de prisa, asi que volvió a centrarse en lo que escuchaba, pasos en los pasillos, murmullos de personas hablando a lo lejos, el olor a desinfectante del hospital, asi paso el tiempo hasta que escuchó el crujido de una puerta al abrirse y oyó a la enfermera saludarlo, y dejándole el desayuno.

Contrario a lo que había escuchado la comida del hospital era buena, hoy era su último día y estaba demasiado ansioso, comió con prisa, su madre acababa de retirarle los platos cuando escucho la melodiosa voz de su doctor.

-Muy bien Jimin, es hora de quitarte esas vendas

El rubio sonrió, si no fuera porque tenía recomendado estricto reposo hubiera brincado en la camilla al escuchar esas palabras

Sintió las manos del doctor al ir retirando la venda de alrededor de su cabeza, su corazón latía con fuerza en cada vuelta, quería apretar los parpados y rogar que todo estuviera bien, que en cuanto abriera los ojos pudiera contemplar todo a su alrededor, finalmente solo quedaron las gasas redondas que cubrían cada uno de sus ojos, el doctor las retiro con cuidado, pero Jimin seguía con los ojos cerrados, tenía miedo de la desilusión.

-Abre los ojos Jimin- le indico el médico

El rubio suspiro profundo y abrió esos ojos color miel, vio una completa oscuridad, un abismo negro pero poco a poco esa negrura fue invadida por un poco de luz dejando dos sombras frente a él, una silueta más delgada que la otra, poco a poco esas sombras tuvieron colores y se hicieron más definidas, tomaron más forma, se convirtieron en personas, las podía ver con nitidez, una mujer y un hombre

-¿Jimin, puedes vernos?- pregunto la mujer, y Jimin supo inmediatamente que era su madre, sonrio y levanto su mano para acariciar el rostro de la mujer que le había dado la vida, quien lo había ayudado y protegido todos esos años, acaricio su mejilla sintiendo lo que sus ojos miraban, era hermosa, con una nariz pequeña, y ligeras arrugas alrededor de los ojos que la hacían ver más sabia.

-Te veo mamá- respondió esbozando la sonrisa más feliz que su madre le había visto

La señora Yeom lloraba y el rubio observo esa gota resbalar por sus mejillas- Te amo mamá- añadió

-Felicidades Jimin- exclamo la voz masculina proveniente del doctor

-Puedo ver, muchas gracias- respondió Jimin, evitando a toda costa llorar, no quería mojar sus corneas y arruinarlas

El doctor examino su ojo, todo se veía bien

-Es importante que te coloques las gotas que te recetaré y los pastillas son para evitar un rechazo por parte de tu organismo- exclamo comenzando a anotar los medicamentos en su recetario- además no te toques ni frotes el ojos, evita hacer esfuerzos de cualquier tipo, debes mantenerte alejado del polvo y la arena, ya que dichas partículas podrían llegar a tu zona ocular y afectar tu recuperación, tendremos citas cada semana y luego una vez al mes, conforme vaya revisando tu evolucion, ¿de acuerdo?- pregunto el doctor pero cuando levanto la vista vio a Jimin ensimismado viendo la maceta con flores que estaban al lado de su cama, eran flores falsas pero eso Jimin no lo sabía.

Maybe in another life(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora