zia

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-¡FEZ! ¡FEZ! ¡LEVANTATE QUE VAMOS A LLEGAR TARDE!- abro los ojos un poco desorientado, es samuel quien me llama, es mi roomie, es su departamento, es un chico bastante bueno, pero en estos momentos me fastidia.

-¡ya estoy despierto! ¿puedes calmarte un poco?- miro el reloj y mierda, si voy a llegar tarde- ¿por qué no me despertaste antes?- un día más un día menos, tengo clases en 15 minutos y la universidad queda a media hora de aquí, no sé en qué momento se me ocurrió mudarme tan lejos, debí haber aceptado aquel apartamento y no estar en esta situaciooon y hoy tenia un examen importante ¡argh!

-tienes el sueño bastante pesado, me toco gritarte en el oído para despertarte, abajo esta tu desayuno, te toca hacerlo mañana, y apúrate porque no quiero tener que soportar ese genio tuyo–ruedo los ojos en señal de fastidio–

-gracias -le digo a la vez que agarro una camisa del suelo y la huelo, está decente, me baño cuando venga, meto una libreta al bolso, y cuando bajo noto que efectivamente esta el desayuno, pero solo cojo el sándwich, las llaves y salgo del apartamento a la parada del bus, espero no llegar tan tarde, la señorita elisenda me matará si lo hago, no quiero reprobar esta materia.
Hoy debe ser mi día justo cuando voy llegando veo como se acerca el bus, me subo, pago lo que es debido y no hay bancas disponibles pero esto es mejor que llegar tarde.
Pienso en todo lo que tengo que hacer en el día y caigo en cuenta de que  otra vez no me acuerdo, no sé lo que soñé, siempre es lo mismo, casi nunca lo hago y cuando ocurre solo lo recuerdo por un corto tiempo después de ahí las imágenes se borran de mi mente de forma automática, se esfuman como si no me pertenecieran, como si solo fueran prestadas y esperadas a ser devueltas.

-un permiso por favor- alguien me saca de mis pensamientos y me doy cuenta que es un señor a mi lado al que le estaba impidiendo el paso.
¡hay un asiento vacío! no dudo en ir por el y saco mi celular, conecto los auriculares y dejo que la música de twenty one pilots entre por mis oídos, era la banda favorita de mamá, siempre me enseñaba sus canciones y algunas veces me cantaba, la extraño, murió de cáncer hace ya un año, papá nos abandonaba cada cierto tiempo  así que, viéndome solo en esa ciudad decidí buscar un nuevo rumbo y terminé aquí, en un pueblo simple y sin gracia dónde lo más emocionante es la entrega de el periódico y solo porque es cuando se reúnen todas las ancianas a hablar de la vida de otros.
Otra vez divagando sobre tu vida fez, increíble.
cierro lo ojos decidido a no pensar en nada más  y me concentro en la canción que esta sonando she asked me, son, when I grow old will you buy me a house of gold? and when your father turns to stone will you take care of me? Tarareo, es house of gold, se la dedique a mamá cuando estaba en quinto de primaria en una presentación, ese día lloró y al irnos a casa me compro un helado, fue uno de los mejores recuerdos que tuve, pero papá lo arruino, al llegar a casa lo vimos sentado en nuestra sala luego de meses sin aparecerse mamá empezó a discutir con el hasta el punto de llegar a los golpes intenté detenerlos pero no era mucho lo que podía hacer así que solo huí.

-¡universidad de vanderbilt!- el grito de el conductor me saca de mis pensamientos, esta es mi parada, bajo del autobús, entro al campus y voy directamente a mi aula, estudio psicólogia en una universidad al sur de canadá, siempre me fascinó la mente humana por eso la elegí, aunque en el fondo también pensé que eso podría ayudarme a mi también, a entendeme, afortunadamente no he llegado tan tarde y la profesora me ha dejado pasar con una severa advertencia de que la próxima vez no será igual, me entrega el examen y busco un asiento libre para empezar.

–este examen contara con tres partes la primera como ven será escrito– ella empieza a explicar en que consiste pero un creciente dolor de cabeza no deja concentrarme.

fez...-levanto la cabeza de golpe cuando escucho mi nombre y busco quien me llama, no es nadie. Que extraño, podría jurar que escuché algo

fez... encuéntrame jajaja- otra vez, miro para todas las direcciones en busca de la voz, parece de una niña.

serendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora