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La devoción impulsada por sus palabras rebotaron como un eco en mi, la tibia mascara del sacramento se había caído, la enorme boca de su rostro se abría ante mi, era la bóveda, el ojo, como el ser divino que se asomaba para vigilar el comportamiento humano, de bestias a hombres, de hombres a máquinas.

Me desconecte como si estuviera en la escena espectral de mis sueños, solo fue un encuentro fugaz con mis sentimientos.

Y la realidad había regresado, - gracias por usar nuestros servicios-

Me levante con la esperanza de vagar una vez mas a ese sitio, << continúo con mi doble vida.>>

Tal vez era amor. Al menos, ésta era una denominación posible para expresar las contradictorias emociones en que ambos se veían enzarzados: frenesí sexual, hostilidad, asombro, ternura y un estado de enfrentamiento casi continuo. Era esto el amor? En caso afirmativo, no era así como lo describían los poetas.

En números rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora