Me despertaba luego de un arduo día de trabajo la noche anterior. A mis 16, casi 17 años, trabajaba en un starbucks a medio tiempo para poder ayudar a mi madre a pagar mis pensiones universitarias.
La noche anterior una familia recerbó el loca para celebrar el cumpleaños de su pequeña hija; entre lloriqueo de los niños y tener que canta el dichoso "feliz cumpleaños", lo peor fue cuando uno de los adolescentes que parecía tener mi edad, me denigró como si sus adinerados ojos no soportarán ver a alguien de mi "categoría".
Un asco de persona total.
Hoy era mi día de descanso y previo a este, el día siguiente mi cumpleaños.
Generalmente mi cumpleaños la pasaba con mi mamá, ella era mi única familia desde que nos mudamos a Corea, las personas no son muy amables con los extranjeros.
Salí al comedor y caí en cuenta que mi madre no se encontraba en casa.
Había una nota en la heladera...
"Valery ve a la tienda de convivencia y compra algo para el desayuno (y dulces no es una opción) , yo volveré más tarde"
Atte: Mamá
Salí con el outfit más cómodo que traía con mis audífonos reproduciendo Permission to Dance de BTS porque esta canción es arte.
Entré a la tienda, todo estaba vacío, regularmente hay personas comiendo ramen o tomando café en la barra.
Metí a una canasta todo lo que necesitara para hacer un buen dasayuno y fui a pagar a la caja.
El chico que trabajaba ahí tenía puesta una capucha color verde pantano y parecía estar fumando.
-No puedes fumar el lugares cerrados, disculpa.
El solo bufo y se limitó a pasar mi pedido por la caja registradora, poco a poco fue alzando su rostro; por alguna razón me atraían las ganas de ver su rostro.
Al momento de ser descubierto sus ojos, me escupió el humo del cigarro provocandome toser y hacer lagrimear mi vista.
-Oye Porqué...
Al habrir los ojos él ya no estaba, mire hacia los lados, al parecer hay más gente ahora.
Alguien me tomó del hombro y fue bajando hasta tomar mi mano.
-Vamonos, cariño, eso es todo- dijo una voz ronca, creo conocerla...
Voltee a ver quien era el dueño de aquella voz...
Oh por dios... Esto no puede ser, él acaba de confundirme con otra persona.
Pero- es Kim Taehyung
-Perdón, te confundiste de persona- me liberé de su mano dispuesta a largarme a llorar a mi casa ya que Kim Taehyung al parecer me había confundido con sus supuesta novia.
Sus brazos me detuvieron y me abrazaron por detrás.
-Ya amor, no juegues, vamos a divertirnos- el tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Siento que no está bromeando para nada.
Salimos de la tienda mientras él me tomaba de la mano y caminábamos por las calles, no entendía nada pero no iba a arruinar este momento con Tae.
Llegamos a un apartamento, él ingresó la clave y se dirigió a la cocina mientras yo inspeccionaba el luga.
Mi sorpresa fue grande al ver los cuadros que adornaban las paredes, eran foto mías junto a Tae de paseos, fiestas, eventos de gala y hasta una en donde estábamos cocinando con las caras llenas de harina.