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"¡Mírame Kenchin!"

Caminaba relajadamente por la acera, hoy no se encontraba con Draken ya que él había salido con Emma. No podía negar que se sentía celoso, le molestaba que se fuera a solas con ella, como teniendo citas. Claro, Emma era su hermana y estaba consciente de su enamoramiento con el tótem ese, pero aún así quisiera largar eso del camino solo para poder estar él. Kenchin y él.

—Me dio hambre. —Murmuró deteniéndose, ahora que lo pensaba, la casa de Mitsuya no se encontraba tan lejos. Le pediría que lo llevase a comer algo.

Su caminata se convirtió en una corrida pensando en las delicias que prontamente iba a saborear cuando su querido y gran amigo Takashi tomase la sabia decisión de llevarlo a comer.

En cuanto llegó tocó con entusiasmo el timbre, esperando rápidamente a que el chico de púrpura le abriera la puerta. Cosa que no tardo, solo tuvo que tocar otras veces más con demasiada insistencia.

—Oh, Mikey. ¿Qué haces aquí? Debiste avisarme antes. —Rió nervioso pero aún así no se veía en contra de la visita inesperada del más bajo.

—¡Mitsuya, llévame a comer algo! ¡Tengo hambre! —Hizo un puchero bastante infantil para su edad. Mitsuya no pudo hacer más que reír negando con la cabeza, sabía que Manjirou nunca cambiaría.

—Bien, déjame me pongo los zapatos y saco dinero, espera aquí. —Vio como asentía rápidamente como un niño pequeño y cerró la puerta de la casa. Minutos más tarde salió, siendo recibido con una gran sonrisa por el Sano.

—¡Vamos, vamos!

—Claro. —Le sonrió y subió a su moto, se encontraba estacionada afuera. El rubio no tardo en subir y acomodarse detrás de él, envolviendo su cintura con sus brazos para no caer. Mientras la encendía y comenzaba a andar preguntó: —¿A dónde vamos?

—Tengo ganas de algo dulce, vamos a una pastelería por favor. —Posicionó su mentón sobre el hombro derecho de Mitsuya, disfrutando de la fresca brisa veraniega golpear contra su rostro, ya había perdido la cuenta de cuantas veces sintió lo mismo.

Esto le recordó a Draken.

Amaba cuando iba en la parte trasera de su moto, abrazándolo por detrás y pegando la cabeza a su ancha espalda, espalda que desearía algún día poder arañar. Dejó todos eso pensamientos sucios que amenazaban con invadir su mente cuando notó que ya habían llegado a una tienda.

—No sé si hayas comido los dulces de aquí, pero son deliciosos. —Bajó de la motocicleta después de que Mikey lo hizo. Se le hizo imposible no reír al ver como el chico pegaba sus manos en el cristal de la vitrina como si fuese un niño de ocho años, sus ojos tenían un brillo muy potente y llegaba a babear de ver todo eso que se mostraba.

—¡Entremos entremos! —Le tomó de las manos y lo arrastró dentro. Luego de haber pedido algo para cada uno se dirigieron a una mesa de dos, sentándose uno frente al otro.

—¿Y por qué me has venido a buscar a mí? Que yo sepa sueles venir a estos lugares con Draken.

—Oh, es que él está con Emma. —Su voz no pudo sonar más obvia, se le oía bastante molesto por eso.

—Ya veo, eso te fastidia ¿no? —Sonrió al ver como había dado justo en el clavo cuando Mikey frunció el ceño, supuso que se había imaginado a su hermana y a su mejor amigo juntos.

—Shi, demashiado. —Sonó como un niño al tener una de sus mejillas aplastada en la mesa.

—Pero a Draken no le parece gustar Emma.

¡Mírame Kenchin! [DraKey]-[One-short]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora