Prólogo

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Libro 1: Sentando Fundamentos.

Capítulo 0: Prologo.

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23 de junio de 1989


"¡Chico, apúrate con el desayuno!".

"En un momento Vernon", Una mañana rutinaria en el siempre ruidoso Número 4 de Privet Drive. Hadrian Potter, o, Chico, como a su tío Vernon Dursley le gustaba llamarlo, realizando el desayuno mientras sus familiares, no, parientes, esperan no tan pacientemente en la mesa.

La obvia descortesía de sus parientes, o más particularmente la de Vernon, ya era algo a lo que estaba acostumbrado. Después de todo, llevaba viviendo con ellos unos 10 años. Aunque tenía que admitir que exceptuando los momentos en los que estaban obligados a interactuar, como las comidas, su trato hacía el era indiferente en el mejor de los casos más bien ignorando su existencia siempre que pudiesen. No es que no le agradará el acuerdo tácito en el que mientras hiciera sus tareas correspondientes lo dejarían estar solo, solo funcionaba a su favor.

 Así que simplemente se dedicó a terminar los habituales huevos revueltos, el crujiente tocino y las tostadas para simplemente seguir con su propia rutina. Una vez finalizado el desayuno de sus parientes, tomó el plato que se había preparado para sí mismo y un jugo exprimido de naranja y  se retiró a su habitación. Todavía recordaba como hace unos años Dudley exigía que le den su habitación. ¿Dónde dormiría si no era en esa habitación? ¿El armario debajo de las escaleras? ¡Diablos no!

Una vez en su habitación, cerró el pestillo de la puerta, colocó el plato y el vaso sobre la pequeña mesa de noche que se ubicaba a un lado de la cama, y se sentó momentáneamente en el suelo tomando algunas largas y profundas respiraciones para despejar su mente mientras dejaba que le tocino y los huevos se enfriasen a la temperatura ideal. En esto consistía principalmente el inicio de su rutina diaria personal: preparar el desayuno para todos, subir a su habitación con su propia porción, tomarse unos minutos para meditar y poder aclarar sus pensamientos sobre cómo procedería luego en el día y esperaba que su desayuno enfriara.

Por supuesto, una vez terminó sus ejercicios de respiración, aclaró sus pensamientos y devoró su desayuno, se centró en lo que en verdad venía a hacer.

La mañana cuando los Dursley solían permanecer debajo de las escaleras, era el mejor momento para experimentar y reflexionar acerca de sus habilidades.

Bueno, así las llamaba él, ya que de no ser por la ferviente negativa de los Dursley -principalmente Vernon-, Hadrian casi se habría convencido de que lo que hacía era magia. Los Dursley no solían castigarlo, principalmente porque en verdad no daba razones para que lo hicieran, pero cuando era más joven hubieron algunos de estos episodios donde sucedió algo inexplicable sin motivo aparente, y terminó siendo encerrado una noche sin comer. Hubo otra ocasión similar pero mucho más impactante, ya que fue la primera y única vez en la que Hadrian vio como Vernon le gritaba y castigaba a Dudley.

Fue hace tanto tiempo que realmente no recordaba que ocurrió con exactitud, pero creía que Dudley había mencionado que quería un mago para hacer magia en su cumpleaños porque los magos eran geniales. Vernon de manera instantánea pasó a ponerse de un rojo poco saludable ante la mera mención de la palabra magia. Por no hablar del mago.

Hadrian Potter y las Maravillas de la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora