Capítulo 1

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Libro 1: Sentando Fundamentos.

Capítulo 1: Compresión.

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20 de Julio de 1991

"Con eso sería suficiente amigo, en una hora debería estar como nuevo", dijo Hadrian.

El potro de unicornio chilló con aparente alegría mientras frotaba su cabeza contra su pecho. Se había torcido una pata mientras corría por lo que tan pronto como pudo le armó una tablilla en la pata torcida para que sanara más rápidamente. Bueno, mas rápido de lo que ya lo hacía, porque los unicornios tenían una tasa de regeneración casi proporcional a la velocidad a la que corrían. 

Habiendo agradecido debidamente la ayuda del mago, el potro de cabello, melena y cascos dorados se apresuró tanto como pudo con una pata menos donde reposaban los unicornios mayores.

Dos años y las criaturas míticas aún lo asombraban tanto como la primera vez. Eso si omitimos la parte en la que creyó estar drogado, claro.

"{Admito estar asombrado por tu capacidad para hacer amistades con criaturas tan majestuosas como esas}", por supuesto, no podría faltar la ironía pasivo-agresiva de la serpiente residente, Azi. "{Por qué confiar en el individuo de una especie tan primitiva como la tuya, nunca lo sabré}", quizás no tan pasiva.

"{¿Consideras que los unicornios son más majestuosos que las serpientes?}", si no fuera una serpiente, él podría haberse preocupado por la velocidad a la que su largo cuerpo se retorció para estar frente a él. 

Demasiado orgulloso para admitir cuán ofendido estaba por su comentario, dijo. "{Tu ingenuidad es entrañable, orador, pero ni siquiera criaturas como esas se comparan a la magnificencia de mi especie}", siseó tan presuntuoso como pudo.

Hadrian hizo su mejor intento de ignorar las payasadas de la serpiente y empezó a practicar su magia era costumbre. 

Los viejos hábitos nunca mueren dicen algunos, aunque eso es solo mierda, pero incluso dentro de la mierda hay algo de verdad. Hadrian, recostado en el único y oscuro árbol de ébano en el claro, frente al largo y ancho arroyo, extendió su mano frente a su rostro y en el extremo de su único dedo extenso emerge una pequeña esfera de luz de no más de dos centímetros de diámetro.

Siempre el fanático de lo griego que él era, decidió nombrar sus pequeños fenómenos mágicos en el antiguo idioma para tener una referencia al experimentar sus variables. [λάμψη] o [lámpsi] que se traduce como "brillo" desde el griego es como nombró al fenómeno o, como le gustaba llamarlo, hechizo. Le daba un toque más ... mágico.

[λάμψηera más sencillo de manipular a la hora de experimentar como lo hacía con [μετεώριση] o [meteórisi] -que es la traducción de "levitación" al griego-, porque no requería contacto con ningún objeto ajeno a él mismo en el que debiera introducir su magia para manipular. Si no que únicamente requería proyectar un mínimo de su magia al exterior usando algo como punto de focalización, como lo era su dedo en este caso, y tener el control suficiente para congregar magia en el punto focalizado. 

Hadrian Potter y las Maravillas de la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora