Ukyo, el idealista

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Saionji Ukyo se encontraba camino a su facultad cuando una mosca gigante le bloqueó el camino.

Toda la gente a su alrededor se había quedado estática, incapaz de hacer nada más que mirar a la terrible abominación que estaba en sus caminos, hasta que aquella cosa comenzó a atacar -torpemente- a quien tenía más cerca.

Si bien el joven albino jamás había visto algo parecido, su cuerpo se movió por sí solo: sacó de su mochila su arco y flecha que usaba para sus entrenamientos extracurriculares, y apuntó directo a la cabeza de lo que ya había asimilado como una mosca gigante, logrando que esta cayera al suelo a los segundos.

De inmediato, Ukyo se movilizó para ayudar a las personas que aún se encontraban en estado de shock a encerrarse en algún lugar seguro, viendo cómo surgían más amenazas a sus alrededores con cada segundo que pasaba.

No sabía qué pasaba. Pero sabía que eso no era lo más relevante ahora: debía sobrevivir para salvar a las personas que lo rodeaban en ese mismo momento: pronto pensaría en el por qué.

Si algún día había pensado que su entrenamiento militar jamás le serviría, y le gustaba pensar que la paz era posible, ahora la situación había cambiado drásticamente: Ukyo se sentía con la responsabilidad de proteger lo más posible y sacrificarse por los demás.

Fue tras su primera salida del pequeño refugio que había encontrado en el sótano de una casa donde se había atrincherado con una treintena de personas, luego de aquel fatídico día, que Ukyo conoció a Asagiri Gen y, en consecuencia, a Shishio Tsukasa.

Tenía vagos recuerdos de haberlos visto en la televisión, al primero como ilusionista y al segundo como luchador profesional, por lo que le pareció casi gracioso encontrar a los dos viajando juntos, saqueando el mismo supermercado al que el albino había llegado.

No se conocieron de la mejor de las formas en ese momento: Tsukasa había intentado golpearlo con una estaca mientras Gen intentaba distraerlo y Ukyo se vio obligado a sacar su arco y flecha para apuntar a la cabeza del castaño, que acababa de recordar que se trataba de "el primate más fuerte de la preparatoria".

-¿No te han enseñado a usar la violencia para defender a las personas? -el albino preguntó en voz alta, irónicamente.

Tsukasa solo lo miró seriamente de pies a cabeza, sin una pizca de miedo.

-Bueno, bueno. Creo que nuestro plan de saquear todo lo que queda aquí solo nosotros dos no ha dado resultado. -Gen intervino entre ambos, sacudiendo sus manos, como si de esa manera le estuviese mostrando que estaba desarmado.

Pero Ukyo no le creyó. Prefirió recordar que se trataba de un conocido mentalista.

-¿Cuál es tu nombre? -la grave voz del castaño se interpuso a la de Asagiri Gen, quien lo miró de vuelta con una mueca que el arquero no alcanzó a ver.

-Saionji Ukyo.

-Ya veo, Ukyo. Jamás había conocido a alguien con entrenamiento militar.

¿De verdad ya se había delatado a sí mismo?

-¡Vaya! ¡Qué perspicaz, Tsukasa! Ni tuve que decírtelo.

¿Qué pasaba con estos dos? ¿No tenía Tsukasa unos dieciséis años? Ukyo miró entre ambos con desconfianza.

-Quiero ofrecerte un trato. -continuó el más alto.

-¿Cómo esperas que confíe en ti? -Ukyo afianzó su agarre en su arco, algo acostumbrado a sentir peligro de cualquiera en condiciones como esta.

-Ayúdame, y me aseguraré darles refugio seguro a todas las personas a las que les llevas comida.

El albino entrecerró sus ojos.

Amor y Monstruos (Senku x Kohaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora