Dos

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Ese pensamiento lo mataba, tenerla tan cerca de él lo enloquecía, olía a vainilla y la crema batida más la hacía ver un delicioso manjar lista para ser probada. Quiero probarla. Quiero besarla.

Los ojos rubí de él demostraban el deseo que sentía en esos momentos. El corazón de Uraraka bombeaba tan rápido que sentía que se le saldría del pecho.

Quiero besarte Katsuki, déjame hacerlo, piensa para sí misma pero sus ojos reflejaban sus deseos correspondidos. Sin pensarlo y sin saber el porqué estaban levitando unos cuantos metros del suelo en la misma pose, pero no importaba, solo eran ellos dos. Los centímetros se fueron acortando.

- ¿Uraraka?

Ambos se separaron rápidamente al sentir una tercera presencia. Bakugou gruñe al verse levitando.

- ¡Momo!

La recién nombrada alza la mirada. Abre los ojos al ver a ambos echo un desastre y más aún ver el ambiente en el que se encontraba la cocina.

- ¿Pero qué pasó aquí? ¿Están bien?

- Si, estamos bien. Solo que hemos tenido un par de problemas con la cocina. -suspira- Liberal.

Ochako toca el suelo delicadamente al igual que Bakugou. Gruñe una vez más y agarra el cuenco del piso dispuesto a lavarlo tratando de huir de esa situación.

- Discúlpame, es solo que sin la ayuda de Tsuyu no pude realizar el desayuno de hoy, perdón Momo. -se cubre la cara con ambas manos llena de vergüenza y tristeza.

- No te disculpes Uraraka, eras tu sola preparando comida para más de diez estudiantes, no debimos de exigirte hasta tal punto. Le diré a los chicos que pidamos un desayuno.

- ¡No! -se escuchó la voz estruendosa de Bakugou- Dije que yo ayudaría a realizar el desayuno así que espérense. -aprieta los dientes.

Momo se dirige a Uraraka.

- ¿Está seguro?

- Yo creo que si, sabes cómo es. No te preocupes, es un excelente cocinero.

Momo asiente y se marcha del lugar aún con la curiosidad de saber porque Katsuki estaba mojado y Ochako llena de crema batida. Sea cual sea la condición en la que estaban sabía que lo mejor sería no comentarlo con nadie, no quería ponerlos en aprieto.

Ochako se le acerca al rubio quien le estaba poniendo mantequilla a los panes. No sabía exactamente si él estaba enojado con ella o simplemente le importaba poco todo eso, de tomas maneras no estaba demás pedirle perdón.

- ¿Bakugou?

- ¿Si?

- Lo siento.

- ¿Por qué?

- Por lo qué pasó.

Se queda en silencio unos segundos sin apartar la mirada de los panes. No tenía el valor suficiente aún de mirarla a la cara. Suspira.

- No pasa nada Ochako. Fue solo un accidente.

Abre los ojos impresionada al escuchar lo que había dicho, muy pocas veces (casi nunca) se lo ve a Bakugou siendo amable, y más aún fue que la llamó por su nombre.

- Me llamaste Ochako.

Gruñe.

- No molestes y ayúdame.

Ochako sonríe. Se le ubica al lado y lo observa detenidamente sin disimulo.

- ¿Bakugou?

- ¿Si?

Cocina || KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora