Siete

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Lo miraba, sonriente pero nerviosa y un poco avergonzada por lo que había pedido. Se deseaban y eso no era ningún secreto. Bakugou no entendía el motivo de su sonrisa pero prefirió no someterse a un interrogatorio ni a la duda. Después de todos eran solo dos adolescentes excitados y saciando ese deseo, con ganas de explorar toda su piel y experimentar ese momento inolvidable. Pero había algo que los asustaba, si, corrían el riesgo de enamorarse a través de esas caricias y los halagos innecesarios. Verla sonreír con ese brillo especial que resultaba en ella le provocaba un sentimiento extraño.

No, Bakugou no, por favor no confundas las cosas. Ella está tontamente enamorada de Deku. Es solo simple casualidad que la tengas encima tuyo gozándola. Se abofeteaba mentalmente.

Se hundía en sus pensamientos mientras admiraba su rostro iluminado. Uraraka se le acerca y lo besa como instinto propio para borrar cualquier preocupación que su expresión reflejaba cosa que él correspondió abandonando ese temor. Levanta su abdomen incorporando su postura y apoya sus manos sobre la parte baja de su torso de él sin poner mucho peso. Bakugou la contemplaba desde su posición, le excitaba verla tan dominante y sus senos que ya tenían el pezon hinchado era notorio por encima de la remera y muy agradable a la vista. Mueve lentamente su cadera causando una fricción que descontrolaba a ambos.

- Aaah-aaa... mmm. -gemía tratando de cerrar la boca. Dulces gemidos que eran melodías para él, no había cosa más excitante que escucharla por él.

Ochako movía sus caderas lento acostumbrándose a la deliciosa fricción, sentir su miembro entre su intimidad era una sensación demasiado maravillosa que la derretía hasta casi temblar y más aún sentir la mirada del rubio sobre ella, disfrutaba de la escena que le montaba y ver sus senos como se movían a su compás. Sin pensarlo Ochako agarra su mano y la lleva hasta su pecho esperando a ser acariciada.

Bakugou parpadea un par de veces sorprendido por su acción, lo miraba deseosa y ansiosa, con la boca entreabierta liberando pequeños jadeos y gemidos causados por la fricción continua al mismo tiempo que su cabellera se movía junto a sus movimientos, sus ojos llorosos y las mejillas rojas por la excitación, tenía unas pequeñas gotas de sudor por su rostro y cuerpo y sentía como su intimidad se mojaba manchando su short y miembro. Que hermosa. Se estaba excitando con tan solo describirla. Tocaba dulcemente sus senos por encima de la remera viendo como se formaban esa magnífica masa suave y los gemidos más intensos de Uraraka aseguraban que lo disfrutaba mientras aumentaba de a poco su velocidad. Era una diosa.

- A-aaaah.... Aaa. -jadeaba.

Alza su abdomen para poder estar a la altura de ella y disfrutar mejor de ese rostro tan dócil e inocente que transpiraba. Se acerca a su cuello y pasea su lengua de arriba hacia abajo y viceversa sintiendo como se estremecía la contraria, repartía besos húmedos hasta llegar a su hombre que lo mordía suavemente sin abandonar las acaricias hacia su pecho izquierdo. La castaña se mordía el labio.

- ¿Qué pasa cara de ángel? Quiero escucharte gemir más fuerte. -le lame la oreja para luego pasarse a su cuello.

Jadea al sentir la respiración pesada del rubio chocar contra su cuello y como su lengua húmeda iba conociendo su piel, la estaba enloqueciendo y él lo sabía con exactitud.

- No tienes pudor alguno Bakugou. -posa sus brazos en el hombro del rubio para poder intensificar el movimiento.

- ¿Pudor Uraraka? Creo que eres la persona menos indiciada para decirme eso. -sonríe ruin divertido en cómo se excitaba con sus acciones.

- A-ahhh... esto es demasiado delicioso.

Bakugou agarra su cintura y sube lentamente hasta sus senos por debajo de su prenda, am llegar empieza a contornear su figura redonda, saca un jadeo al sentir como su miembro se iba endureciendo más por la fricción causada. Con ambas manos toca su botón rosado sintiendo como se tensaban por el tacto.

Cocina || KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora