•¡No me gustas, gusano!• ~ Senpai×Bf // FnF<3

~Capítulo 3.~

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No entiendo.

No debería preocuparme por tí, ¿por qué lo hago?

Sé que no me importa.

Sé que me odias.

Sé que te doy igual.

Pero no puedo evitar sentirme mal al verte llorar.

No entiendo.

Tampoco me importas a mí.

Solo te necesito para salir de aquí y volver al mundo real.

No es como si te necesitase para algo más.

Pero...

¿Estás bien?

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   No me lo puedo creer.

Derrotado por un idiota.

¡Dios! ¡Qué injusto!

Huí de ese lugar lo más rápido posible mientras dejaba escapar inevitablemente alguna que otra lágrima.

Nunca antes en mi vida había perdido en algo. Nunca.

Supongo que como el personaje principal de este lugar es normal que gane siempre. Ahora siento el dolor de perder.

Espero que después de esta humillación no vuelva a ver a esa rata de pelo azul.

Tampoco puedo entender como ella no me quiso en primer lugar. Es decir, todos me quieren. ¿Por qué ella no?

No parece ser fácil como el resto de chicas del instituto. Eso me gusta. Además, se nota que es una persona fiel a su pareja. Eso me encanta.

Caminaba con la mirada pegada al suelo intentando no tener que hacer contacto visual con ninguna persona hasta llegar a un banco de madera situado en la parte trasera del edificio. 

Me siento.

Saco mi teléfono y miro la hora. Son las seis menos cuarto. En quince minutos saldría mi hermana de su club de literatura.

Cojo aire y observo a mi alrededor. Es un bonito día. Los pájaros cantan, las flores florecen. En días como estos, chicos como yo, deberían...

-¡Aquí estás!

-¿Eh...?

Una voz chillona me despertó de mis pensamientos.

-¡Te he estado buscando por todo el instituto!

Era Keith. El idiota de Keith.

¿Él me estaba buscando? ¿A mí? ¿Después de pegarme una paliza en la batalla de rap?

Cogí aire y lo miré a los ojos. Se cayó. Debió notar mis ojos rojos y cómo aún me caían lágrimas de los ojos.

-¿Estás... bien?

-Sí. Ahora largo.

Se acercó a mí y se sentó al lado mío. Quería echarlo, pero no dije nada.

-Oye, ¿qué pasa?…

Ignoré su pregunta.

¿Es por Cherry?-Continuó.

-¿Qué…? ¡No!

-¿Y por qué es?

-¿¡Por qué te lo diría? ¡Vete ya!

Me irritaba muy fácilmente. No sé cómo lo hacía.

Me crucé de brazos y giré la cabeza para el otro lado.

-Vamos... Sé que no empezamos de la mejor manera, pero puedes confiar en mí.-Sonrió.

Lo miré de reojo. Tenía una sonrisa... decente. No. Era horrible. Horrible como su cara.

-¿De verdad te interesa...?

-Sí.

¿En serio iba a confiar en él?… No. Él no me importa. En lo absoluto. No se lo contaría por nada en el mundo. Bueno, tal vez por su novia.

-Sabes Keith, no pareces ser un mal chico. ¡De verdad! Solo... No necesito ayuda de nadie. Y menos de un gusano como tú. Ahora, tengo cosas que hacer, enano.

Me levanté.

Justo cuando estaba por irme, empezó a hablar.

-Está bien, amigo. ¡Adiós!

-¿Q-qué-?

Paré en seco y me di la vuelta. Él se levantó y vino hacia mí.

-¿Cómo que amigo?

-Sí. Quiero ser tu amigo… ¿Puedo?

¿Él… quería ser mi amigo? ¿Después de haberlo insultado todo el rato?

-No.

-Ooh, ¡vamos! ¡Ni si quiera lo has pensado!

-No hay nada que pensar. No quiero ser tu amigo, no quiero verte y no quiero nada que tenga que ver contigo. ¿Escuchaste, mocoso?

Incluso cuando le hablé de la manera más seria posible él siguió sonriendo. No lo entiendo. Él queriendo ser mi amigo. ¡Alguien queriendo ser mi amigo! ¡De verdad! ¡Y no por mi apariencia!

-¿Por qué? Seguro nos llevamos genial. ¡Vamos a ser los mejores amigos del mundo!

Me abrazó. Ese enano me abrazó. Lo odio muchísimo. No soy capaz de entender cómo puede seguir insistiendo en algo tan estúpido.

-¡Suéltame, enano! ¡No somos amigos! ¡No somos nada! ¡¿No entiendes?!

-¡Déjate querer! Sé que en el fondo quieres un amigo. Estoy seguro.

-No. Quiero. Tu. Amistad. ¡Lárgate de una vez! ¡Vuelve con tu novia y déjame a mi en paz!

Qué pesado.

-Está bien, a m i g o. Si quieres que me vaya, me iré.

-¡¡Qué no soy-!!

Cuando me di cuenta él ya se había ido. ¿Tenía un amigo...? Tal vez no me venga tan mal. Después de todo, mi única amiga era... ¡Monika! ¡Tenía que recogerla del club!

Miré la hora. ¡Las seis y diez! ¡Me va a matar!

Salí corriendo lo más rápido que pude para llegar al salón y recogerla. Mientras volvía a casa, no podía parar de pensar en ese imbécil de Keith. Amigos, ¿eh? Después de haberte insultado quieres ser mi amigo…

Está bien. Seré tu "amigo". Pero que sepas que te sigo odiando, gusano.

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~798 palabras~