IV

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Sunwoo llegó al colegio como si el día anterior no hubiera llorado hasta mojar la ropa de Sunghoon

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Sunwoo llegó al colegio como si el día anterior no hubiera llorado hasta mojar la ropa de Sunghoon.

También ignoró a Riki durante todo el día.

Ellos siempre iban juntos, pero después de una mentirilla hacia su madre, logró salir treinta minutos antes.

Riki ha tratado de hablarle pero él sale corriendo junto a Sunghoon, quien solo lo sigue sin rechistar nada.

—Me alegra que ahora seas más suelto, pero hemos corrido por todo el colegio, me gustaría que regresará por unos minutos el Ddeonu chiquito que le da miedo salir de aula.

Sunwoo hizo un puchero, llevó a Sunghoon hasta los asientos de atrás, justo como hacía siempre, dejó caer su cabeza.

Él realmente quería entrar en coma y no despertar hasta después de diez años, tal vez cuando despertará del coma, sus sentimientos habrían desaparecido.

—No sé que decirle a Riki— dijo, posó su cabeza en el hombro del mayor —Siento que lloraré en cuanto lo tenga frente a mí.

El pelinegro mayor solo asintió —Piensa más rápido porque viene hacia acá— susurró viendo al rubio con dos cajitas de leche entrando en el aula donde ellos estaban —¡Oh, Ddeonu!— se puso de pie bajo la mirada asustada del menor —Olvidé algo en el laboratorio de biología.

—Nosotros no tuvimos biología hoy— Sunghoon alzó sus hombros y salió después de despedirse de Riki —Es un traidor.

—Te he estado buscando— habló el menor, sentándose a un lado, justo donde estaba Sunghoon segundos antes —Estás evitandome, ¿Por qué?

—No lo hago— dijo aceptando la caja que el rubio le daba —He estado ocupado, ser el líder de la clase no es fácil— bebió del contenido, evitando mirar al rubio, quien solo asintió e imitó a su mayor.

Los momentos que pasaba con Riki eran así, no había necesidad de hablar, solo necesitaba la presencia del japonés para sentirse cómodo.

Era algo que le gustaba demasiado, sobre todo porque era malísimo para las conversaciones.

—¿Quieres ir a comer un helado después de clases?— preguntó el rubio, aplastando la caja de cartón vacía —Hay una nueva heladería, dicen que el helado de chocomenta es muy bueno.

Sunwoo no quería pasar tiempo con Riki, pero el helado de chocomenta realmente le gustaba.

Asintió, Riki le sonrió antes de aplastar la cajita del mayor, se despidió de él y salió en dirección a su aula.

Justo antes de que la campana sonará, entró un Sunghoon sonriente.

—Te odio.

Sunwoo decidió que iría a comer el helado y después se iría inventando alguna excusa como "tengo mucha tarea que hacer"

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Sunwoo decidió que iría a comer el helado y después se iría inventando alguna excusa como "tengo mucha tarea que hacer".

Era un buen plan.

—Creo que era por aquí.

Excepto que perderse no estaba planeado.

Riki llevaba consigo las dos mochilas desde que vio al pelinegro mover los tirantes y acariciar sus hombros.

Tenían aproximadamente cuarenta y cinco minutos caminando en busca de esa heladería.

—¿Podemos parar un momento? Realmente estoy cansado— pidió el mayor, sentándose en el suelo —¿Quién te habló de esa heladería?

Riki lo imitó dejando las mochilas a un lado —Jake‐Hyung.

—Te mintió.

—¿Qué?

—Le dijo a Sunghoon‐Hyung que había una nueva librería— dijo con un puchero —Estuvimos dos horas buscándola, después lo encontramos cerca del cine donde nos dijo que todo era una broma.

Riki suspiró —Yo realmente quería comer ese helado contigo.

Asintió. Sunwoo quería pasar tiempo con el rubio sin que su corazón latiera rápido o que doliera.

Las dos sensaciones eran horribles.

—Tengo que volver a casa— susurró poniéndose de pie y tomando su mochila —Tengo muchas tareas que hacer.

Riki asintió, comenzaron a caminar, el rubio miraba de reojo al mayor cuando se detenían, Sunwoo movía sus pies en forma de círculo en un intento de calmar el dolor.

El japonés lo detuvo antes de cruzar la avenida, se puso frente a él y se agacho —Sube.

Tenía que elegir entre su corazón o sus pies.

Con un brinco y la ayuda del menor, logró subirse correctamente a la espalda de Riki.

—Avísame cuando estés cansado— el menor asintió y él rodeó su cuello para después recostar su cabeza.

El camino fue largo y silencioso, Riki escuchó y sintió la respiración suave del pelinegro por lo que supuso que estaba dormido.

Sonrió, estar cerca de Sunwoo siempre lo hacía feliz.

Sonrió, estar cerca de Sunwoo siempre lo hacía feliz

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yoyo;🌻

Tsuki ga kirei desune. ||NIKSUN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora