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Beomgyu le sonrió con inocencia, Taehyun solo lo miraba confundido.
—Minju‐Noona no está en casa— habló.
—No vengo por ella— dijo antes de adentrarse al departamento de los hermanos Kang.
—¿Entonces?— preguntó el pelirrojo aún en la puerta.
Beomgyu lo observó, el menor vestía solo unos boxers negros y una playera holgada color blanco que llegaba a la mitad de sus muslos. Pasó su lengua por sus labios y sonrió al ver que Taehyun tragaba saliva.
Se acercó a él, cerró la puerta con seguro y acorraló al menor contra ella, acercó sus labios a su oído y mordió antes de hablar.
—Vengo por ti.
Juntó sus labios con rudeza, tomó las piernas de Taehyun, haciendo que diera un brinquito para después rodear su cadera con ellas.
Besó y marcó su cuello, sus manos tocaban y apretaban el trasero del otro, Taehyun soltó un grito cuando el mayor empezó a simular embestidas.
—A mi habitación— habló excitado —Ahora.
Beomgyu volvió a besarlo, a la vez que caminaba hacia la habitación de Taehyun.
Lo dejó caer con delicadeza en la cama del menor, quitó aquella playera blanca y dirigió sus labios a los pezones, besando y mordiendo aquella zona que provocaba gemidos en Taehyun.
Llevó su diestra al interior del bóxer del menor y comenzó a masturbarlo, Taehyun solo se deshacía en gemidos que intentaba callar mordiendo sus labios.
Beomgyu lo miraba con intensidad, a la vez que movía su mano con rapidez, buscando el orgasmo del contrario.
Y cuando este llegó, solo sonrió al ver a Taehyun enarcar su espalda mientras gritaba su nombre.
Beomgyu quitó la única prenda que vestía al menor para después dirigir su mano a la entrada de Taehyun y comenzar a introducir dedo por dedo.
Taehyun nuevamente intentaba callar los sonidos obscenos que su boca soltaba.
—B‐beomgyu— jadeó —Por favor.
El mayor sonrió antes de bajar su pantalón y el bóxer, dejando libre su erección. Dirigió su pene a la entrada del menor y penetró.
Una y otra vez, tocando la próstata del menor, llevándolo al placer y a su segundo orgasmo.
Taehyun solo gemía ante la sensación de tener a Beomgyu en su interior.
No se percataron de la puerta siendo abierta, tampoco de los pasos que se dirigían a su habitación.
—¡Beomgyu!
Y con aquel grito que anunció su segundo orgasmo, la puerta se abrió dejando ver a su hermana.
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