Capítulo 7

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A la mañana siguiente, la pecosa se levantó y se preparó rápidamente. Bajó las escaleras hasta la cocina y cogió uno de los miles de zumos que había en la nevera. Se lo tomó de un trago y caminó hasta la puerta principal.

Al salir, se despidió de Wheezie, la cual que se encontraba leyendo en el jardín, y puso rumbo hacia su lugar favorito. Tenía muchísimas ganas de ir, debido a que ayer no pudo, por que se había pasado parte del día en la cárcel y la otra parte con los Cameron.
A lo lejos,  ya podía distinguir una cabellera rubia y otra morena, por lo que esbozó una sonrisa. Una vez que estuvo lo bastante cerca de la casa, se le ocurrió entrar por la puerta trasera, para poder así asustarlos, ya que se encontraban hablando en el porche.

—¿Cuántas veces le tendré que decir que cierre esta maldita puerta?— musitó, mientras se adentraba a la casa, intentando hacer el menor ruido posible.

—Tenemos que hacer algo para sacarla de allí.— escuchó que decía John B.

—Tío.— habló JJ. —¿Te acuerdas de mi primo?—
El pecoso asintió con la cabeza. —Bueno pues es enfermero, por lo que...

—¿Pero tu primo no era camello?— preguntó Bella, cruzando el umbral de la puerta.

Ambos soltaron un leve chillido, debido al susto que les había provocado. En el momento que se dieron cuenta de quien se trataba, se levantaron y John B la abrazó, estrujandola con fuerza entre sus brazos.

—¡La hostia!— exclamó el rubio e imitó la acción de su amigo.

—Me gustaría respirar un poco, si es posible.— dijo, mientras intentaba salir de los brazos de sus amigos.

—¿Te has escapado?— preguntó JJ, mientras se separaba. —Si es así, necesito que me digas cómo lo has hecho.

El rubio recibió un manotazo por su parte y éste se quejó. El pecoso, que se acaba de sentar, se limitó a mirar la divertida situación que se había formado entre sus dos mejores amigos. El rubio le pedía insistentemente que le explicara como se había escapado de la cárcel y ella le repetía, por undécima vez, que no se había escapado.

—Estás siendo muy egoista por tu parte, al no querer compartir cómo te escapaste.— siguió comentando.

La pecosa rodó los ojos y miró a John B.

—Dile algo, por favor.

El pecoso levantó ligeramente los hombros, dando a entender que él no tenía nada que ver, por lo que  volvió a rodar los ojos.

—¡No puede ser!— escuchó Bella, por lo que se incorporó hasta quedar sentada en el sofá. Kie se abalanzó, provocando que las dos quedaran tumbadas en el sofá. —¿Eres tú, de verdad?— preguntó, mientras la pellizcaba, por lo que se ganó un manotazo. —Vale, ahora sí que me queda claro que eres tú.

Bella miró a Pope, que se encontraba parado al lado del sofá mientras la miraba, por lo que se levantó y lo abrazó.

—Yo creo que esto se merece una fiesta.— opinó el rubio.

—¿Barril?— dijeron ambas chicas al unísono, por lo que estas chocaron puños.

☾☾☾☾

—¿Quiere otra, señorita?— JJ le ofrecía una cerveza a Bella.

—No debería, pero sería de mala educación rechazarla, caballero.— Aceptó la bebida.

—¿Cuántas van ya?— cuestionó Kie, mientras se acercaba.

—No lo sé, mamá.

Ante la respuesta, Kiara rodó los ojos y le asestó un manotazo en la cabeza, mientras JJ se reía.

𝐈𝐒𝐒𝐔𝐄𝐒 | Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora