Maldición resuelta

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El lugar al que llegamos, parece lúgubre y peligroso ¿Está bien tener una tienda de hierbas con un ambiente así? Primero, Douglas abre la puerta y entra, después va mi esposo.     "Lamento la intromisión."

    "Oh, ¿No eres uno de los jefes del gremio? Es raro que vengan a un lugar como este."

    Era un anciano de apariencia gentil, con gafas circulares sobre su rostro delgado.

Tenía alas negras como de murciélagos en su espalda.

    "Hay algo que quiero preguntarle, sé que está familiarizado con las herramientas mágicas. Pensé que estaría bien venir con usted para solucionar mi problema".

    "Si es sobre equipo mágico, entonces déjamelo a mí."

    "Oh, ¿Sabe cómo eliminar la pieza mágica maldita de un esclavo?"     "¿Un collar de esclavos? Sí, por supuesto que lo sé".

    "Gracias. ¿Puede decirme de inmediato qué es lo que tengo que hacer? Si puede eliminarlo, por favor elimínelo ahora".

    "¿Ahora? ¿Es eso? ¿Lo que Gale está sosteniendo allí?"

    "No es eso, es un niño. Lo saqué de la ciudad de esclavos. Tiene prohibido hablar de más porque la herramienta lo está bloqueando".

    "No es por presumir, pero soy inteligente. En primer lugar, ¿Puedo verificar el tipo de herramienta mágica y la maldición que se le está aplicando?"

    Cuando el dueño de la tienda (¿Es el señor Mardo?) se acercó a mí, miró el collar de metal unido a mi cuello y gritó algo en un idioma raro: El collar brilló de inmediato por un momento. Brinqué en los brazos de mi maestro.

    "Tienes que calmarte."

    "Estas son muchas restricciones... Es raro ser tan estricto con los esclavos. El poder mágico para no desobedecer, el poder para no suicidarse y para no hablar".

    "Entonces, ¿Puede eliminarlo?"

    "Sí, no hay problema. ¿Tienes el contrato del esclavo?"     "Aquí."

    Mi esposo le dio al señor Mardo algo parecido a un pergamino.

    "¿Es un esclavo sexual humano ¿No? Y tú el orgulloso dueño."

    "Lo siento, ¿Es necesario que lo diga así?"

    "Por supuesto, porque fue algo legal. Necesitamos entrar de lleno en la maldición así que si eres dueño del esclavo, es estupendo ¿Puedes dejar caer algunas gotas de tu sangre en el círculo mágico de este contrato?"     "Entiendo, claro que sí".

    Cuando el maestro recibe el cuchillo de parte del señor Mardo, desliza su pulgar sobre la hoja sin dudarlo ni un segundo. La sangre que brotó de la herida cayó gradualmente sobre el contrato. Lamento que hiciera algo así por mí, por lo que lamí el pulgar herido de mi esposo... Luego me lo metí todo a la boca.

    "No te preocupes, no necesitas preocuparte por una herida tan pequeña."     "Ahora desbloquearé la maldición"

    Cuando el señor Mardo terminó de lanzar algo parecido a un hechizo hacia el contrato, el pergamino se cerró de golpe... Y entonces el anillo de metal en mi garganta se hizo añicos y desapareció.

    "Sí, he resuelto finalmente todas las maldiciones que había en el collar del esclavo".

    El señor Mardo me estaba sonriendo.

    "Oye ¿Puedes hablar?"

    Douglas me miró y me sostuvo de la barbilla.

    "Ah... Sí, gracias..."

ai wo ataeru kemono tachi tomo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora