Miércoles 7;30 am— faaaa que bombón — dije mirándola pasar junto con Milena
— relaja las hormonas wacho — me jodió Camilo
reí, mas no dije nada y seguí observándola. Cruzamos miradas y le sonreí levemente obteniendo una suya también de respuesta.
Observé como Mile se iba dejándola sola, y no dude en acercarme.
— bancame amigo — le dije a mi mejor amigo antes de ir hacia ella.
— que onda wacha — saludé
— hola — me sonrió
— ¿todo piola?
— piolasa, ¿vos?
— piolasa también. — reí ligeramente
Ella que estaba parada en una columna de ahí, bostezó haciendo que me quede totalmente hipnotizado.
Sus ojos verdes resaltaban más de lo normal a causa del sol radiante que pegaba justo en su cara, junto con sus largas pestañas, sus cachetes rosaditos y pequitas tiernas, con sus labios tan gruesos y deseables.
Reí por mis pensamientos hacia ella y tratando de disimular aquella rara sensación que recorrió mi pecho
— ¿que pasa? — preguntó ella mirándome
— ¿siempre estas así de buena vos? — la chamuyé mordiéndome el labio
rió —¿y vos siempre sos así de chamuyero? — retrucó divertida haciéndome sonreír
— naa, solo con bombones como vos — la miré fijo sin borrar mi sonrisa
— ah bueno — musitó sonriendo también
— ¿que haces feo? — habló Milena llegando
¿en que momento?
— un puchero — bromeé
— ah sos re gracioso wachin — dijo irónica
— wachin dice — le hice burla
El timbre resonando en todo el patio interrumpió nuestra pelea indicándonos que teníamos que ir a las aulas
Ellas comenzaron a caminar y por detrás yo. Cuando ya vamos llegando al aula y noto que Milena esta en la suya más adelante, me acerco hasta ella, estando cerca de su oído y le hablo
— mira que yo te lo decía en serio — le susurró en su oído y me adelanté viéndola sonreírme.
{...}
— vieron lo que está la morocha nueva que entró — dijo mientras se mordía el labio
Por inercia y sin cohibirme, lo miré mal rebajándolo.
Estamos en el recreo, y con Camilo nos acercamos a la ronda de pibes de nuestro curso. No somos amigos, pero tampoco nos caen mal, de vez en cuando nos juntamos con ellos, al fin y al cabo son nuestros compañeros.
— si, pero no creó que te pase cabida — solté de una, y Camilo largo una carcajada
— ¿te parece truenito? — encima se me hace el amigo
— si wacho
— ¿que ya te la chamuyaste? — preguntó como si nada