Confusos

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Ben comenzó a investigar el tema en internet sobre la comunidad LGBT para estar completamente seguro del sentimiento que sentía hacia Alex. Mientras hacia eso, pensaba en una manera de preguntarles a sus padres si lo aceptaban siendo parte de esa comunidad. 

Pensaba que ninguno lo iban a aceptar. Ni su madre, y menos su padre. Estaba desesperado por que posiblemente su padre lo lleve al psicólogo, o... le prohíba ver a Alex, o lo cambie de ciudad. 

La ansiedad se apoderaba de él. 

Al final, tomó valor y bajó a la cocina donde estaba su madre, la cual tenía más probabilidad de aceptarlo que su padre. No le iba a decir exactamente así. Iba a decir indirectamente. Ben entró a la cocina y se paró junto a su madre.

-Hola mamá.

-Hola cariño. ¿Qué sucede cielo?, ¿Todo bien? 

-Si mamá. Todo bien, solo quiero preguntarte unas cosas. Tengo dudas sobre la tarea de Formación Cívica y Ética. 

La madre del chico se secó las manos en un trapo y acompañó a Ben a la sala donde estaba su padre. 

-Claro tesoro, dime cual es tu duda.

-Pues... en esa materia estamos viendo las diferentes orientaciones sexuales. 

-¿Ajá...?

-Y estoy confundido con los de la comunidad LGBT. ¿Porqué las personas los odian? ¿Porqué son rechazados? Como yo lo veo, no tienen la culpa de nada. No hicieron nada para que los demás los odien

- Me alegra que pienses así de ellos cariño. Verás, hay personas de mente cerrada que piensan que es una enfermedad o que es malo que personas del mismo sexo estén juntos.

Entonces, el padre de Ben cerró el periódico que leía y lo dejó en la mesa serio. Se sentó derecho y miró fijamente a Ben.

-¿A qué viene esa pregunta Benjamín? ¿A caso tu perteneces a esa bola de enfermos? Por que si es así, no tendré más opción que mandarte a un lugar donde te arreglen. 

Ben se quedó callado. Ahora lo sabía... su padre no lo iba a aceptar. Tenía que olvidarse de una buena vez de Alex o guardar ese sentimiento para él por siempre. Solo el pensar en que su padre le prohibiera ver a Alex o que se cambiaran de ciudad, lo mandara a otro lado, le rompía el corazón. No sabía que hacer.

-¡¿QUE?! ¡CLARO QUE NO PAPÁ! solo es una duda de la tarea. No pertenezco a ellos. Pero la verdad no pienso que sea una enfermedad. 

-¿Me estas contradiciendo Benjamín Lowson?

Dijo en padre parándose algo enfadado. El corazón del chico comenzó a latir rápidamente por el miedo que sentía. Tragó saliva en seco y respondió.

-¡N-no! Nada de eso padre. Solo dije mi opinión. Lo siento

La madre del chico se paró en ese momento en frente de Ben quedando cara a cara con el padre.

- Deja a Ben. ¿Y que si es LGBT? No tiene nada de malo. Además, cada uno tiene su opinión acerca del tema. 

-Los hombres no van con los hombres. Es hombre con mujer y mujer con hombre. No mujer con mujer u hombre o con hombre. Eso es un fenómeno. Es anormal. No quiero que mi único hijo sea de esa bola de enfermos. 

- Mira Ben, No me importa si eres o no LGBT, solo quiero que seas feliz. Yo te aceptaré 

-Tienes demasiado chiqueado a ese niño Annie. 

-Y tu eres demasiado estérico John. 

Oh no... Ben había provocado un conflicto entre sus padres. Todo era su culpa ¿Ahora que iba a hacer? El chico intentó detenerlos, pero simplemente era ignorado. Pensó que se les iba a pasar rápido, y así fue. Después de 5 minutos ya cada quien estaba en su lado tranquilo. 

Ben subió a su habitación y se encerró con seguro. Ahora estaba más que claro, Su padre no iba a aceptarlo Gay en esa casa. ¿Qué se supone que debía de hacer? ¿Tenía que confesarse? ¿Tenía que quedarse callado? ¿O tal vez escapar de casa después de confesarse? Todo era confuso. ¡NO SIQUIERA ESTABA SEGURO DE SI ERA LGBT O NO! Agh... todo le daba vueltas por la cabeza. Ya no sabía que hacer. El pobre chico rubio estaba estresado, deprimido, confundido, preocupado y cansado. Posiblemente solo tenía que dormir un rato y levantarse a eso de las 6 pm para arreglarse e ir al trabajo a tiempo. 

Y Así lo hizo. Se acostó en la cama, se puso unos audífonos, puso una playlist deprimente, cerró los ojos y quedó dormido al instante. 

A la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora