daddy | dekubaku

v.

las semanas seguían transcurriendo, y con ellas los sueños se hacían cada vez más extensos y realistas. él juraba sentir a carne propia como la lengua de su 'papi' se paseaba por sus muslos, su pecho, su cuello. y prácticamente cualquier zona erógena existente en su cuerpo.

aquello le frustraba, demasiado. se sentía confundido, ido, asqueado. y era entendible, el rubio jamás se había fijado en ningún hombre, ni había sentido alguna atracción sexual más allá de alguna porno que haya visto en su adolescencia puberta. ciertamente tampoco había tenido sueños tan realistas (ni húmedos).

no había dejado de ver a deku, el mayor seguía invitándolo a salir. a veces lo acompañaba a algún evento aburrido, ya saben, esos de etiqueta. otras simplemente lo llevaba al cine, a comer o tomar un café.

todo iba bien, mientras el lindo chico de pelo verde no se enterase que cada noche se corría gimiendo su nombre, todo estaría bien

.

(🐱)

eran exactamente las dos y media de la mañana cuando su celular comenzó a sonar. ¿quién lo llamaría a esa hora?

desganado, estiró su brazo para poder tomar el aparato entre sus dedos. al tenerlo frente a su rostro, sus ojos mostraron cierto asombro al ver quién era el causante de terminar con sus sueños. curiosamente era el protagonista de ellos.

a pesar del sentimiento extraño al recibir una llamada de su bebé, contestó. estuvo a punto de decir algo, pero un suave jadeo lo hizo callar, dejando su boca ligeramente abierta por el sorpresivo sonido.

trago duro al escuchar un gemido, suave también, bastante bajo en realidad. luego escuchó otro, este era un poco más fuerte. y luego otro, y otro, y así uno tras otro iban aumentando el volumen. también, si prestaba mucha atención, podía escuchar un sucio sonido, era como un chapoteo, aunque muy bajo.

despertó de su trance al sentir como su miembro se endurecia bajo el pantalón de pijama, su mente actuó rápido e imagino al rubio saltando sobre su pene. eso realmente no lo ayudaba en mucho.

o eso creyó hasta que escuchó su nombre salir de los labios ajenos, seguido de un sonoro gemido, casi un pequeño grito.

— vaya, que travieso. —deku se atrevió a hablar, mientras que su mano izquierda se dirigía al borde de su pantalón. — llamarme mientras te masturbas, creí que eras más decente, kacchan~.

su tono sonaba perverso, divertido ante la situación, a pesar de estar sufriendo internamente por el dolor entre sus piernas.

por otro lado, el rubio pervertido estaba a punto de sufrir un infarto. accidentalmente había dado a "llamar" al casi tirar su celular.

fue un idiota, al menos si se iba a tocar viendo la foto del contrario, la habría guardado y no directamente ir hasta el contacto para verla.

y aquel fue el momento en el que realmente quiso matarse a sí mismo.

katsuki quiso hablar, disculpándose por tal acto presenciado auditivamente por el mayor— yo lo-...

— no te disculpes, si es lo que pensabas hacer. —lo interrumpió. — realmente no me molesta, de hecho, me gusta.

"viejo pervertido" fue lo único que bakugo logró pensar al escucharlo hablar.

— aun así, no te perdono. fue descortés de tu parte hacer eso. —el joven rubio pudo sentir como su piel se erizaba al escuchar la voz del contrario, su respiración seguía agidata luego de aquel orgasmo, e imaginar la perversa sonrisa en la cara del contrario no lo ayudaba a calmarse. — pero hoy estas de suerte, seré bondadoso y te diré que puedes hacer para compensar todo esto.

bakugo katsuki en aquel momento tembló de tan solo imaginar qué le pediría, pero aquello poco le importó al cenizo cuando escuchó la notificación de que le habían transferido dinero a su cuenta.

— cortaré esta llamada, en unos minutos te volveré a llamar, pero por videollamada. te daré un pequeño tiempo para prepararte. —volvió a hablar izuku, a la par que masajeaba su miembro por sobre la ropa. — espero que sepas bien cómo autocomplacerte, será un lindo espectáculo.