Capítulo 1

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6:00 am marcó el teléfono. Era la hora en que su peor enemigo hacía acto de presencia. Kaeya apretó la almohada entre sus manos, intentando convencerse de que aún seguía dormido, tal vez si lo ignoraba al final terminaría callándose y podría disfrutar de su agradable sueño; pero su rival no tuvo piedad, el irritante sonido no se detuvo hasta que se levantó y lo apagó él mismo.

Odiaba cada segundo de su existencia y sin dudarlo, mataría 3 veces al que inventó las estúpidas alarmas de los Samsung.

Resignado, se sentó en la cama unos segundos, mientras que su ojo se adaptaba a la luz y su cuerpo se estiraba para desperezarse. Acarició con parsimonia la sábana que lo acobijaba segundos atrás, sintiendo la suavidad contra su piel y deseando poder quedarse envuelto en ellas el resto de su vida.

Un segundo estirón logró hacer que su mano tocara una suave cabellera rojiza perteneciente a su actual pareja. Le tomó unos cuantos segundo, pero recordó, después de su pelea mental con el despertador, que aquella cama la compartía siempre con aquel hombre. Se sentía tan cálido que no pudo evitar abrazarlo. El calor del contrario era mejor que cualquier sabana en una mañana fría.

El despertado ya sonó, ¿No?—Le recordó Diluc, quien había estado despierto desde el primer aviso de la alarma. Además, sabía que Kaeya siempre madrugaba a trabajar, aunque lo odiara, así que ya se había vuelto rutina tener que ayudar ligeramente a su novio para despertarse.

Mmgh~ ¿Tenías que arruinarlo?–Respondió entre quejidos, el peliazul ya había encontrado la posición perfecta para conciliar el sueño de inmediato. Pero por más que se quejara, no podía dejar de ir a trabajar, por lo que se sentó en la cama de nueva cuenta y frunció el ceño hacia el pelirrojo. Se vengaría de esto. Sus pies tocaron el frío de las baldosas y un gruñido se apoderó de su ser.

Se paró sobre sus pies y se encaminó al baño para alistar su ducha. Maldecía al agua helada que corría a esas horas, podría usar el calentador, pero necesitaba un buen baño que lograra despertar las partes de su mente que seguían dormidas.

Después de unos 10 minutos, el peliazul salió del baño con la toalla rodeando su cintura.

Su vestimenta para el trabajo era la misma todos los días, no se preocupaba demasiado por lo que llevara puesto, por lo que la mayoría de las veces no llevaba corbata. Se colocó un traje sencillo de camisa azul claro y un saco gris, a juego con sus pantalones.

Estaba terminado de arreglarse frente al espejo, hasta que noto la mirada tan disimulada que le dedicaba el pelirrojo, quien intentaba esconderse bajo una de las almohadas.

Sé que estas despierto–Afirmó sonriente a su espía, más la única respuesta que obtuvo fue ver como cerraba los ojos, volviendo a fingir que se mantenía dormido.

Dándose media vuelta, el peliazul se acercó a el pelirrojo con sus manos en la cadera esperando alguna reacción, pero nuevamente fue ignorado por su flamante novio.

En un movimiento rápido, dio una pequeña palmada a la zona baja de su pareja, haciéndole brincar de dolor. Diluc soltó un quejido leve, la impresión le había obligado a sentarse en la cama, retomando el aliento para mirar con odio al imbécil.

A Kaeya, los pucheros macabros del mayor solo le daban ternura, escapándosele una risa al verlo encogerse en su lugar.

Es para que aprendas a no ignorarme–Dijo mientras se sentaba en el regazo descubierto de su pareja, tomándolo por el cuello y acercando su rostro al del contrario que parecía maldecirlo en silencio cada segundo.

Haré lo mismo cuando estés cansado y dormido–Amenazó con el entrecejo levemente fruncido, sin embargo, su respuesta estaba acompañada de un  diminuta sonrisa desafiante.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2021 ⏰

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Extraño Recordarte [LucKae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora