Después de lo que tenía que pasar en mi casa, me di cuenta que podía confiar en unas personas todavía, solo que estaban muy lejos de mi en ese momento, pero iba a acortar eso.
Decidí ir con mi madre y mi hermana que eran ya mi único apoyo porque el abuelo murió hace dos años, viajé a Noruega ya que ellas vivían en esa casa que mamá heredo del abuelo, además era la favorita de mi hermana y según ella tenía apariencia de castillo.
Llegué a las 4 de la tarde del día siguiente, y ellas ya me esperaban ansiosas porque apenas si le pude avisar a mi hermana que llegaría unas pocas horas antes, no llevé equipaje porque en esa casa tenía ropa.
Me abrieron las puertas y en menos de un minuto ya tenía a dos mujeres abrazándome y besándome, ya llevaba casi un año de no verlas y no me dí cuenta de lo mucho que las extrañé, sus abrazos eran tan cálidos y afectivos que me levantaron el ánimo y solo llevaba unos minutos ahí.
Luego de que nos saludamos y cenamos juntos, sonreí mucho, mi hermana era una payasa sin título y sin circo, y mi madre era cariñosa y sobreprotectora una combinación que en ella era muy graciosa.
Creí que era bueno que supieran el por qué quise venir sin avisar y tan rápido, se que también querían saber pero me daban mi tiempo para que yo sé los contara, así que lo hice.
Mi madre luego de un tiempo solo escuchando se notó en su rostro que se había enojado mucho y de vez en cuando soltaba unas palabras obscenas, mi hermana solo tenía los ojos tan abiertos que temía se le salieran.
Cuando ya estaba terminando de contarles lo que había pasado sentí mi rostro caliente
y cuando lo toqué había derramado algunas lágrimas, no sé si por rabia o por tristeza, pero con estas dos personas a mi lado me sentí muy sensible y protegido que no pude evitar desmoronarme por última vez.Mamá y Amalia me abrazaron y me besaron y mi madre no dejaba de decirme que me quería y que ella estaba para mi, que también era mi amiga y que esas personas no valían la pena, que las olvidara.
Nunca me dí cuenta que hubiera sido bueno obedecerle a mi madre en cuanto a hacer más amigos y no solo tener a dos, pero yo creía que estaríamos juntos por siempre y por eso no hacía ningún amigo más.
Me duché y descansé en mi cuarto luego de mi largo y cansado vuelo, también para descansar de mis pensamientos, porque en mi casa no podía descansar en mi cama sin pensar en lo que había pasado en ella.
~~~
Me desperté gracias a que mi hermana lo hizo, estaba hablándome en el oído
-Warren...Warren... Warren- según ella en silencio.
-Qué pasa Lia, que hora es?-
- Son las 10, pero ese no es el punto ahorita, es que yo quería disculparme contigo por no decirte nada lindo ni nada de nada cuando nos contaste Eso- hizo una expresión como de señalar con los ojos - La verdad es que me tomaste desprevenida y no sabía que decirte en realidad, pero ahora ya sé... creo.-
Me senté para escucharla.
- Pues quería decirte que, me alegro de que hayan pasado esas cosas, no porque quiera verte mal y triste, sino porque yo siempre sospechaba de que algo así pasaba, pero nunca te dije porque temía que no me creyeras o que te pusieras como ahora... lo siento, y -solloso lo siguiente- esas personas no merecen tu cariño en lo absoluto, tú en serio los querías y ellos no lo pudieron apreciar, no te recrimines pensando en ¿qué hice mal? o cosas así, porque tú no hiciste nada mal, o tal vez no darte cuenta y reaccionar fue algo malo, pero ellos hicieron más mal que tú y es mejor que al fin te dieras cuenta...- me abrazó y me dijo que alguien que me quería jamás haría algo que me dañaría.
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El Diario Perdido
Teen FictionWarren, él joven que es arrestado por varios delitos de los que no sabe nada, y con una decepción amorosa no le importa estar en la cárcel, estando ahí encuentra muy misteriosamente un diario que le hará cambiar de parecer sobre el amor y le dará un...