Capítulo 1: Hitsugi PDV

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Como cualquier otro día, yo estaba en clase. Llevaba una vida de estudiante normal, en el instituto de la cúpula. Cada semana nos venían a dar charlas sobre los Seres, siempre charlas del mismo tipo.

Aquel día, un instructor de técnicas de combate había aceptado la invitación que le había brindado la directora y aplazando sus clases a los mayores durante esa mañana, vino a decirnos un montón de estupideces, como todos.

Nos dijo cosas como que algún día vendrían a matarnos, que no podíamos sentir piedad, que teníamos que acabar con ellos antes de que acaben con nosotros.

Me irritaba un montón esa manera que tenían de ser, esa aptitud de superioridad y conocimiento, cuando en realidad, nadie los había visto nunca. Cada día que pasaba, aborrecía más la vida dentro la cúpula.

Decidí ignorar aquellas tonterías a las que nos tenían sometidos, y cogí mi cuaderno, ya que la idea de dibujar era mucho más llamativa que atender a un ignorante.

El transcurso de los días y las noches pasaba continuamente, y unos pensamientos particulares ocupaban mi mente durante todo ese tiempo. Imaginaba a todas horas como podrían ser esas criaturas, a las que nos mandaban odiar sin habernos echo nada. Las imaginaba como monstruos gigantes y peludos, con cuernos en la cabeza, la verdad es que no me hacía ni una mínima idea de como serían...

Comencé dibujando las barreras que nos rodeaban, y dentro los edificios y las casas. Luego, dibujé el mundo exterior. Inventado, obviamente.

Nunca me había acercado lo suficiente a las barreras para poder verlo, quitando que los guardias del Gobierno estaban allí vigilando que nadie entrase o saliese. Tenía mucha curiosidad por saber como era el mundo antes de la cuarta Era, en los libros lo describían como algo armonioso y fantástico, lleno de vida y sociedades distintas que convivían sin ninguna dificultad. O al menos, hasta que los sentimientos se volvieron monótonos y todos querían más de lo que existía para aquel entonces. Las guerras comenzaron en la primera Era, y siguieron, siguieron, y siguieron hasta finales de la tercera Era. Nací entre esta especie de murallas tecnológicas, y todavía sigo sintiendo esa claustrofobia cada vez que miro al cielo, y no soy capaz de ver todas las nubes.

Dibujé una enorme llanura, con ríos, lagos, y montañas como las de los libros de geografía. Nuestra pequeña, diminuta sociedad, no era nada comparada con la extensión de la tierra que nos rodeaba.

Dibujé pájaros también, libres. Ellos, que puedes volar alrededor del mundo entero sin preocuparse de nada, sentir que todo les pertenece y nada les quita de descubrir lo inexplorado.

"Hitsugi-chan, ¿lo has oído?"

Ichinose-san me miraba bastante asustada. Se sentaba siempre a mi lado, en todas las asignaturas, era ese tipo de chica que se creía las idioteces que nos repetían continuamente. A veces sentía compasión por el miedo que tenía a todo lo que no conocíamos, pero al fin y al cabo, era mi amiga, y no quería que le lavasen el cerebro de esa manera, ya que yo estaba convencida de que todo eran mentiras, que querían esconder la verdad.

"¿Qué pasa, Ichinose-san?"

Por un momento, dirigió su atención hacia mi cuaderno, antes de volver a hablar.

"¿Todavía sigues pensando en eso? ¡Estás loca! El instructor acaba de decir que nos comerán vivos y-"

"¡Deja de creerte esas tonterías! ¿No te das cuenta de que nos están mintiendo? Vivimos encerrados por culpa del Gobierno, no de los Seres."

Su mirada de niña confundida me partía el corazón, aunque la mayoría de las veces me molestaba que creyese a los demás sólo por tener cargos más importantes en la sociedad que el de un simple estudiante.

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