Capítulo 2: Haru PDV

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No supe entender como llegamos a esa situación. Hacía a penas unos instantes, Shutou-san nos estaba ayudando a subir a un simple pilar de piedra, y antes de que nos diesemos cuenta, nos encontrábamos justo en la otra parte del mundo.

Todo ocurrió muy deprisa, demasiado para comprenderlo. Cuando me puse a la altura de Hitsugi-chan, mi atención se concentró en su mano, la cual se movía lentamente, con intenciones de tocar algo que no nos pertenecía a nosotros, los humanos.

Algo dentro de mi decía que tenía que impedirlo, y en un desesperado intento de pararla me abracé a ella. De alguna manera no identificada acabamos en el otro lado, mirando atónitas como Shutou-san nos daba señales silenciosas pretendiendo que escapásemos antes de ella misma marcharse de la escena del crimen.

Intentando olvidar todo aquello que desconocíamos de la situación, corrimos en dirección opuesta a las barreras. No había nada en muchos kilómetros a la redonda, a parte de viejos árboles en mal estado, charcos de agua sucia, y ruinas de pequeños edificios o monumentos. Aquella misma mañana, pensar en el mundo exterior, era como pensar en un sueño o una pesadilla. Algo ireal fuera de nuestro alcance, algo que aún existiendo, no era de verdad.

No podía mentir; tenía miedo. Miedo de todo aquello nuevo para nosotras, todo aquello que incluso los más expertos temían, todo aquello que causó nuestra encerrona en unos muros de consistencia eléctrica.

"Ichinose-san"

Me evadí de mis torturas mentales durante unos segundos intentando asimilar lo que estaba pasando. Hitsugi-chan dejó de correr y se paró en seco con la cabeza gacha, estaba en frente de mi, y pude ver como apretaba los puños con rabia, antes de girarse buscando una respuesta.

"¿Por qué nos ha pasado esto?" una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla izquierda, al tiempo que intentaba contener en su interior a duras penas toda la rabia y confusión que parecía sentir.

Me dolía en el alma verla así, y todo por un intento, naturalmente fallido, de hacerla feliz. Quería ver esto, quería tener razón. Nunca entendí por qué nos pasó a nosotras.

"No lo sé, Hitsugi-chan. Quizás el destino sea el culpable."

Era incapaz de sacar de mi cabeza todas aquellas cosas que nos habían enseñado desde que nuestros ojos vieron el pequeño y artificial mundo en el que vivíamos por primera vez. Cosas crueles, odiosas, tenebrosas. Cosas que nos convencían cada vez más de alejarnos del exterior. Cosas que a ella no le importaban en absoluto. Mientras yo temía por las noches el echo de que los Seres existiesen a pocos kilómetros de nosotros, y que algún día traspasarían las barreras, ella, imaginaba como serían.

Siempre fue alegre e interesada en estos temas misteriosos, aunque aborrecía todas las mentiras que según ella nos metían en la cabeza cada día. Verla llorar me hacía dudar de su fortaleza interior, aunque no la culpaba, ni mucho menos. Pareció quedarse unos instantes analizando mis palabras antes de esbozar una leve sonrisa.

"Y pensar que yo me estoy tomando esto peor que tú..." soltó una pequeña pero agradecida carcajada. "Está empezando a oscurecer, será mejor que busquemos un lugar dónde refugiarnos."

Según nuestros libros de clase, debido al paso de los años y las catástrofes que habían causado las guerras, el clima del mundo exterior era extremo y variante; en cualquier momento puede haber una glaciación, o por el contrario, una ola de calor. La noche empezaba a caer y aún no hacía frío, pero en cuestión de horas, la cosa podría cambiar repentinamente.

Dirigimos nuestro camino hacia lo que parecía una pequeña y antigua civilización destruida. Si bien es verdad que no había nada que podía resguardarnos en condiciones, al menos contábamos con especies de huecos entre los demolidos edificios que nos podrían servir. Tardamos aproximadamente diez minutos en llegar, lo suficiente para que, como predecimos, el tiempo cambiara.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2015 ⏰

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