Flores

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  Suguru padece de sueño fácil. Un poco de silencio y un sitio medianamente cómodo le bastan para dormirse. Satoru es consciente de esto. Al principio supuso que se debía al duro entrenamiento que realizaban. Claro, el cansancio era inevitable. Solía prestarle su propia cama o sofá para que se eche a descansar. Sin embargo, el tiempo le comprobó que era algo más allá de eso. Los fines de semana que pasaban juntos Suguru encontraba un momento para reposar su cuerpo y descansar su conciencia —aunque sean cinco minutos—. 

  Satoru lo encuentra adorable. Ver a su amante con los ojos cerrados, el rostro relajado y su respiración calmada le genera... paz. A veces simplemente lo observa, mientras en otras ocasiones aprovecha a acariciarle el rostro... Sus delgadas mejillas, nariz respingada, pestañas suaves y —lo que más le facina— su cabello tan largo y sedoso. 

  Hoy, en cambio, toma esas mejillas que tanto le gustan y se inclina hacia el rostro, sus labios se acercan hasta que tocan los contrarios. Es un beso muy ligero pero es suficiente para que justifique el calor que inunda su estómago. 

  A los diez minutos Suguru se despertará y le preguntará por qué actúa tan extraño —más que de costumbre— y Satoru evitará el tema a toda costa.

Satosugu Is The Type [of relationship]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora