Libros

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  Suguru lee libros. Demasiados para el gusto de Satoru. ¿Cómo es que siquiera tiene tiempo de completarlos todos? Las estanterías en su habitación le hacen competencia a la librería que recurren todos los días. Claro, Satoru casi siempre está a su lado cuando lee. No importa si se sientan en silencio a contemplar cosas distintas; Suguru a su aburrido libro y Satoru a su amante. 

  Hay veces que no soporta la falta de atención por parte de su compañero —es decir, un montón de páginas no puede ser más interesante que él— y le exige atención —jamás rogará por ella—. En ocasiones se cuela sobre el libro e impide la lectura, mientras que en otras simplemente se lo arrebata y lo arroja en alguna parte. La última opción no es muy recomendable. 

  Esta vez, en cambio, Suguru logra que Satoru se calme; le lee un libro. Le dice algo como que es una buena lectura para aquellos que no aprecian el arte de leer. El título es algo parecido a los ojos de un perro —Satoru no presta demasiada atención—. Sin embargo, se encuentra perdido en el tono de voz de Suguru y la pacífica mirada que le da al libro en cuestión. Escucha algunas palabras claves como sida, morir y hermano. No le interesa el argumento ni los personajes, solamente se concentra en observar y analizar cada gesto de su amante. A veces se le escapa alguna que otra sonrisa —aunque intente reprimirlas— y otras veces frunce el ceño mientras que su voz se apaga levemente. 

  Cuando finaliza Satoru no está seguro qué responder cuando le pregunta qué le pareció. Suguru está bebiendo agua —por el cansancio, supone— y lo mira con ojos intrigantes. No lo piensa dos veces antes de pronunciar las palabras: quizás la próxima vez debas leerme la Biblia

  La confusión de Suguru no se hace esperar pero a Satoru no le importa. Si tiene que fingir ser un monje o algo por el estilo, lo hará con tal de volver a escucharlo.

Satosugu Is The Type [of relationship]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora