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Un lindo secretario

El sonido de los telefonos era algo agobiante entre tantos ajetreos en la oficina de una de las corporaciones más prestijiadas del país, pero no era suficiente impedimemto para que los oficinistas dejasen de realizar su trabajo, el cual estaba más...

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El sonido de los telefonos era algo agobiante entre tantos ajetreos en la oficina de una de las corporaciones más prestijiadas del país, pero no era suficiente impedimemto para que los oficinistas dejasen de realizar su trabajo, el cual estaba más incrementado de lo normal, pero no era sorpresa que de un momento a otro al jefe se le ocurriera aumentar el trabajo. Solo era un lunes por la mañana de todo el papeleo que devian realizar y en especial para el secretario del dueño de dicha empresa. Seguro para él era más dificil tratar con el hombre que podría despedirlo en un santiamén.

Era claro que sí, el joven de pelo rubio era más que todo conosido por ser extranjero, pero en lo que destacaba sin duda alguna era por su efuciensia ante los pedidos de su jefe, el S.r Canada, y si que era exigente ya que los primeros secretarios que llegaban a pedir trabajo terminaban despedidos el mismo día que eran contrados. Fue una gran sorpresa que ese forastero de tierras lejanas haya podido aguantar los mandatos del animal que tenían como jefe, pero siempre hay una primera vez para todo.

Por fortuna o tal vez desgracia, el joven eslavo logro conservar el empleo, pero su rutina a partir de ahí cambió completamente; Como vió, su nuevo jefe era alguien dificil de complacer y manejar, pero de alguna forma logro soportar todo las dificultadas que se le ponían enfrente y adecuarse a las ordenes que le daban, para que despues de poco en poco se integrase como un miembro más de aquella empresa de alto nivel.

__¡Ucrania!

Escucho el grito quebrante de la voz de su jefe por el alta voz de su tefono del escritorio, de inmediato se puso alerta, y con la más fina agilidad que tenía recogió todo su papeleo al instante, para al final abrir la puerta que estaba a su derecha. Al hacerlo se encontró, justo en medio de la amplia habitación, el gran escritorio de arce pulido y refinado en el que posaban los obejetos que manejaba su jefe para realizar su trabajo, mientras que por alrededor se encontraban estantantes de libros y documentos, que conjuntaban con los cuadros que servian de adornos y los pequeños toques de plastas sintéticas a las esquinas para dar un cierto tono "natural" al lugar y en las ventanas se veía un lindo tono de cortinas, con percianas añadidas. Pero lo que más desvocaba de aquella bella oficina, era el quien se sentaba en medio de todo el ecenario bien mostrado.

Un hombre bastante alto y apuesto, de un extraña melena rojiza muy bien peinada, que era portador de unos hermosos ojos azules cual zafiro, que en una simple mirada lograba hipnotizar por lo tan profundos que eran y al mismo tiempo delicados, que un simple toque tal vez podrían quebrarse. Su bella mirada, no era lo único que portaba, pues parecía que el americano había sido bendecido con grandes dotes; tenía una complección muy entallada y muy buen cuerpo, para ser un hombre que había pasada la gran parte de su vida en un asiento sin mucho que hacer, logró tener una buena condición fisica. Muy envidiable ante muchos, hasta para el ucraniano.

ꦽꦿིུ⸽:ᖴℓσɾεร  ]ᶜᵃⁿˣᵘᶜʳᵃ[ [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora