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ℂ𝔸ℙ𝕀𝕋𝕌𝕃𝕆 𝟜

Narrador omnisciente

Actualidad

Ya habían pasado, exactamente, dos meses y medio desde la muerte de Heeseung. Sus amigos y familia estaban todavía muy devastados, pero sin embargo el que peor lo estaba llevando era Jungwon. No salía de su casa, ya no hablaba, ya no reía, no comía, no dormía, ya no era él. Lo único que hacía era llorar en su habitación abrazando la cazadora favorita de su fallecido novio. Él ya no le veía sentido a la vida si el castaño no estaba a su lado. Sus padres estaban muy preocupados por él y sus amigos también.

Esa tarde, Jay, Sunno y Jake lo habían arrastrado hasta el salón de su propia casa para alegrarle un poco. Ellos también estaban muy tristes, pero lo iban superando.

- Wonnie, sonríe.- pidió el más alto.

- No tengo motivos.

- Pero estamos nosotros aquí contigo.- dijo el menor de todos.

- Dejarme, por favor. Agradezco que hayáis venido pero no hay nada que hacer conmigo ¿vale? No tengo ganas de nada, solo quiero encerrarme en mi habitación y llorar.

- Te trajimos cheesecake.- dijo Sunno.

- Gracias, pero no tengo hambre.

- Tienes que comer, estás muy delgado.- dijo Jay.

- Qué más da...

- Vamos, por favor. No nos gusta verte así.

- Ya os lo he dicho, no quiero hacer nada. ¿Tan difícil es de entender?-dijo a punto de llorar. Los tres se acercaron para abrazarle.- Yo solo quiero volver al pasado y hacer que eso no pasara. Yo quiero volver a estar entre sus brazos. Sentirle y decirle lo mucho que le quiero.

- Entendemos, Jungwon. Pero debes de sonreír e intentar ser feliz, A él no le habría gustado verte así.

- Pero él ya no está para verlo.- ahora simplemente lloraba. No importaba lo que le dijesen. Seguiría llorando por aquel chico del que siempre estaría enamorado.

- Es duro, pero no puedes pasarte la vida llorando.

- Tienes razón. No puedo pasarme la vida llorando, pero es que tampoco quiero vivirla.

- No digas tonterías.- ahora solo hablaba Jay.

- No he dicho ninguna tontería.

- No juegues con tu vida así.

- Él lo hizo.

- ¡Deja de pensar solo en él, maldita sea! ¡Piensa más en ti! ¡No vas a acabar tu vida por un amor!- eso sonó agresivo y sin compasión. Pero él solo quería que el menor abriera los ojos.

- ¡No fue un amor! ¡Él es el amor de mi vida y siempre lo será! ¡Ya teníamos una vida juntos planeada pero eso se fue a la mierda y yo solo quiero que entendáis que ya me da igual todo! ¡No quiero seguir con todo este sufrimiento!

- Jungwon , no hagas ninguna cosa de la que te arrepientas.- advirtió Jake.

- Sé muy bien lo que hacer. Y nadie me lo va a impedir. Ahora, por favor, marchaos.

Y así hicieron los tres, se retiraron de la casa del peliazul con el mal presentimiento de que esta sería la última vez que lo verían. Al fin y al cabo, si el menor continuaba así, iba a terminar mal de todas formas.

Cuando sus amigos se fueron de casa, el menor de los Yang salió de casa después de mucho tiempo para ir al cementerio dónde descansaba su novio. Al llegar divisó la tumba del difunto y al llegar hasta ella se arrodilló.

- Hola, amor. Espero que te encuentres bien en donde sea que estés. He tomado una decisión y al llegar a casa lo haré, no soporto estar sin ti. Volveremos a encontrarnos y estaremos juntos. Te amo, gatito.- dijo llorando.